En Sueño Profético hablaban de las Leyes de Dios, de cómo Dios mandaba que viviera el hombre. Decían:
Mandamientos cumplidos: Gloria segura.
Sin vivir los Mandamientos no puede haber Paz, ni conciencia limpia. El hombre quiere anular las Palabras que le tiene puestas el que a él lo deja que viva. El que tiene Poder para mandarle a la noche que no deje que amanezca el día, o que la Tierra se abra y la misma tierra convierta al mundo en una sepultura.
El agua quiere defender a Dios, y a veces hace presencia cogiendo otros caminos, que no son mares, ni ríos, ni acequias, ni veneros, ni pantanos. Ella coge otros caminos para que el hombre la vea y se encuentre anulado con sus inventos de Tierra. Pues a pesar del hombre ver esta fuerza, parece que se avergüenza de nombrar a Dios y sentirse párvulo en el saber de la Tierra. Esto, en el saber del cuerpo. Que en el saber del espíritu, el no querer a Dios lo hace analfabeto. Por esto, Dios no tiene diferencia para elegir ni para enseñar del Cielo.
Desperté, oí:
A las Leyes de Dios no puede el hombre llegar.
Llega, el tiempo que tiene cuerpo, pero eso es no poder llegar.
Poder llegar es –si el hombre pudiera–, en lo que se ha nombrado, en ello mandar.
Pero ¿dónde está su poder?, si con todos sus armamentos de guerra, con un simple aguacero no se podría enfrentar.
Y si el agua se escondiera defendiendo a su Dios, la sequía acabaría con el hombre.
¿Y qué dices del trueno? Con un día o una noche que no cogiera descanso, caerían a montón los hombres muertos, con la palabra: “el corazón ha fallado”.
Si el hombre pensara esto, el miedo lo perseguiría y pensaría: “Yo no toco los Mandamientos”.
Y los voy a practicar, por ser las Leyes del Cielo.
El hombre, cuando se ve con juventud y dinero, parece que se avergüenza de decir: “Yo vivo la Ley del Cielo”.
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Libro 30 - Investigaciones la Verdad - Tomo IV - C7
Este Mensaje me ha traído a la memoria una noche de tormenta en Cordoba ,creo era a mediados de los 90 ,ya han pasado los años y no tengo fija la fecha pero aquella noche fue tan tremenda la tronera y tan sin descanso que a otro día en los periódicos salió que habían muerto algunos del corazón, no se si serían dos o más, pues el caso es que según contaba mi marido que no pudo acostarse del retemblar de los cristales que no se explicaba como en aquel maremágnum no nos despertamos ni mi hija ni yo ,él decía que no lo entendía, yo si lo entendí enseguida y la niña también...nosotras estábamos siempre (y estamos) con el Nombre de Anita en la boca ,Dios le dice...Dios le habla..a todos los de Anita Dios nos guarda...Aquella noche se vió que era verdad nuestra fé que aunque temblaban las casas Dios no quiso que viéramos el azote de la tormenta.
ResponderEliminarEn alabanza a Dios y en recuerdo de su Profeta .