En Sueño Profético decían:
Si nombras mucho a Dios y tu acción es como Él manda, ya tienes sitio en la Gloria, porque la Gloria de Dios es Gloria para el que hace lo que Dios manda. Que Dios te manda muy poco, tan sólo, que su Voluntad por ti sea aceptada; que busques donde te digan: “Allí Dios da sus Palabras”.
Dijo uno:
Cuando Dios elige un sitio, es donde se ve el que ama o el que cree.
Si crees de verdad, sin decir “yo creo”, y no estás mintiendo, no puedes quedar como punto muerto.
Ahora, si piensas “yo amo y no acudo”, no dices verdad.
Vamos a poner Amor, y creer en cosas de Tierra:
¿Quién oiría llamada de algún superior, mirara hacia atrás, y andando siguiera, teniendo que ir luego a su presencia, donde esperarían leyes bien severas, que lo encarcelaran mientras ya viviera?
Esto es creer sin que Amor hubiera.
Ya llega el Amor, de un Amor limpio, que Dios aquí media: el hijo que aún su infancia lo lleva, que cae y se levanta y a la madre llama con ojos de pena. ¿Puede no acudir y decir “yo amo”?
Si esto lo piensas, tiene poco estudio en dar el resultado.
Desperté, oí:
Es atrevido creer y no acudir. Pero es imposible amar a Dios y pasar delante del Elegido, sin decir: “¿Qué dice Dios?”.
Esto, el que diga que ama, ya está creyendo engañar a Dios.
Si amas a Dios, sería castigo que te prohibieran ir al Elegido.
Que este castigo no lo soportabas por que al Elegido seguías y buscabas.
Tiene que cumplirse el tiempo, no por venganza, y sí por darle el hombre a Dios desprecio.
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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C2
Bendito sea Dios! Que verdades más grandes! Como todo lo que dice Dios, pero cuando han sido vividas brota el signo de exclamación.
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