viernes, 5 de noviembre de 2021

Las alegrías de Dios le pueden al sufrimiento

En Sueño Profético decían:

Si estudiaran cómo recibe todo el Elegido, verían que de la Tierra no era nada. Es un recibir nombrando a Dios en silencio, pidiendo:

“Que la Paz y la Paciencia no me falten, pero que cada día sea este escándalo más grande. No me importa mi sufrir si tus fuerzas van delante. Yo quiero servir de ejemplo para que el que sufra Te busque y Te ame. Nunca quiero que me vean cansada, ni mi cara con protestas. Yo visito a los enfermos sin saber que mi visita los cura, pero algo les dejo, y Dios luego me da premio en otras peticiones. Señor, para el que Esto no cree, Te pido que lo vean paralítico. Y de momento digo: “Señor, no Te enfades si pido castigo. Pero yo creo que si veo bien el desprecio a tus Palabras es porque me falta Amor y merezco castigo”. Señor, no puedo ver, ni hablar, al que desprecio Te da. También quiero que llegue la noche, por el arrobo, pero el día me hace mucha falta. Que no me duela nada, para poder llevar la vida que quiero de escándalo con los Libros y las cintas, que me dan alegría, aunque no diga palabras. Señor, lo que no haga bien es porque quiero que todos hagan lo que yo hago, aunque mienta, pero más Te amo. Tú sabes cómo soy. Dame fuerzas para que yo vaya tu Amor contagiando”.

Desperté, oí:

Todas las palabras dichas en este arrobo son del pensamiento de Elegido.

Que unas las calla, y otras las practica, y muchos no las entienden.

Todo es amar tanto, tanto, que es sufrir el no poder explicarlo.

Todo el consejo que da es que el sufrir hay que hacer por olvidar.              

Y todas las horas del día dedicarlas a que el mundo sepa que hay otro Mundo sin cuerpo, que es Vida Eterna de espíritu.

La vida de Paz y entrega acarreando al Cielo, si Dios no actuara en ti, no podrías hacerla.

Las alegrías de Dios le pueden al sufrimiento.

Este Mensaje es el pensamiento que el Elegido lleva en su cuerpo.

El Mando de Dios conversa con su pensamiento.

Han quedado muchas palabras, con libertad, en secreto.

***

Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C4 

1 comentario:

  1. El Amor verdadero no tiene leyes ni reglas, solo Dios lo calma y solo Dios lo alimenta.

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