En Sueño Profético decían:
Dijo Jesús en el monte:
Venced las tentaciones y castigaréis al espíritu del
mal.
Haced el bien donde el bien haga falta, y quedará
derrotado.
El que no está conmigo no oye mi Palabra, y si la oye
no la cumple.
Pensad que al bien siempre lo persigue el mal, para
que el bien no se haga y no destaquen los míos.
El que diga que Me conoce, si hace un mal chico, lo
verán grande. Es mejor que me niegue, y así acortará el daño.
El que reforme mis Palabras o intente reformarlas, ya
no cree que sea Dios Hijo, del Padre enviado y que luego voy a Él, y siempre
habrá un solo Dios en Cielo y Tierra.
Creed que soy Dios, y el creer os defenderá el
entendimiento.
Si os falta creencia, seréis como surcos en la tierra —por estudios que tengáis—, que sólo conocen
el arado cuando el peso les aprieta.
Desperté, oí:
Si quieres corregir a Dios, fírmate como surco de
Tierra.
Si quieres seguir a Dios, no hagas nada que mal vean.
Si quieres que te conozcan por amar a Dios del Cielo, tienes
que ir haciendo el bien y tentaciones venciendo.
¡Qué confianza te daban las Palabras del Maestro!
Él hablaba para todos: rudos, cultos y para los que
quedaban en medio.
Y ya, al que más creía, le acudía el Amor y todo lo
comprendía.
Si Dios utilizara dos lenguajes no sería el Dios del
Amor, ni para todos los hombres el mismo Padre.
Sus Palabras son sencillas.
Y ya, el que ama, no verá otras iguales.
El Amor es el intérprete del espíritu a la carne.
***
Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C7
No hay comentarios:
Publicar un comentario