En Sueño Profético decían:
Se van a decir las Palabras que el
Maestro les decía a sus Discípulos:
“Si alguno os busca y os llama creyendo
que tenéis el Poder que mi Padre me da a Mí y Yo a vosotros, que vuestra
presencia no falte”.
Ya sigue un Discípulo de Dios:
Estas Palabras que se han dicho son para
que el Elegido, como el que hoy no hay otro igual, cuando lo llamen con Fe y
Amor, haga presencia y hable al que la pida creyendo que sus Palabras no son de
la Tierra.
Nosotros conocíamos a los que nos
llamaban y nos paraban para que nuestra presencia un grande mal les quitara.
Nosotros ya íbamos preparados para hablar del Maestro, con grande Fuerza y
Enseñanza para dar las respuestas. Al que no creía que el Maestro era Dios
Hijo, en poco tiempo lo conocíamos.
Ya dijo Santiago:
Vamos a contar lo que ocurrió un día que
en la puerta de un mesón había unos esperando que pasáramos: Uno nos preguntó:
—¿Vosotros tenéis Poder para curar los cuerpos enfermos? Porque yo sé
que habéis estado viendo enfermos y no se han curado. Yo tengo enfermedad y os
busco sin pediros curación, porque sé que decís que curáis para que más os
busquen. Yo la enfermedad no me la siento quitada. Cuando me cure, ya hablaré
de Dios Hijo, Maestro, como vosotros Le llamáis.
Estando terminando de decir estas
palabras, se oyó un gran chillerío, y decían: “¡El Maestro viene!”.
Se presentó el Maestro y dijo estas
Palabras:
—Si el creer en Mí los vas a publicar
porque tu cuerpo se cure, este publicar, para mi Gloria no sirve. El cuerpo
tienes que ponerlo después del espíritu. Si tu espíritu tiene la Gloria
despreciada, no cundas nada del cuerpo.
Siguió andando y dijo:
—Cuando os llame para haceros
preguntas, que vuestros pies se vayan con más prisa. Él no cree en nada Eterno.
Y el que en Esto no crea, lleva el camino del que Yo no siento a mi Mesa.
Desperté, oí:
En este Mensaje hablaban los Discípulos
de Dios Hombre, de cómo conocían al que los buscaba sólo para lo de la Tierra,
pero no creían en la Gloria.
Han dicho que si pides por el cuerpo sin
poner primero el pedir por el espíritu, no pones a Dios lo primero.
Y ya no puedes ser Elegido, para cundir
la Vida Eterna que es la del espíritu.
Este Mensaje ha sido dictado y conocido
cuando pasó, por Santiago, Discípulo de Dios.
***
Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C4
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