En este Sueño Profético hacían muchas comparaciones, y comparaban
con este Elegido. Hablaban de las apariciones, de los santos, de los místicos,
de los contemplativos, de los profetas. Decían que todos los nombrados eran de
la Gloria, pero que éstos no son como los Elegidos para dar la Enseñanza que
Dios les dice en la Gloria.
En una Aparición, dices lo que
ves y, si te preguntan, tú no puedes decir nada más que lo que has visto. Pero
el Elegido para enseñar, lo que dice es el Mando que Dios le da, para que se
cunda que Dios vive con Cuerpo en su Reino y para que ese mundo quiera este
Reino.
También decían que enseñar con
Mando era el mayor cargo que Dios te podía dar.
El Elegido puede contestar a
preguntas que le hagan. Lo que uno que tenga Apariciones, puede hablar de estas
Apariciones, pero no de lo que la Gloria es. Puede hablar del perdón cuando
Dios quiere que perdones y cuando quiere que apartes por no ser merecido el oír
estas Palabras, aunque lo tengan por bueno.
También, el Elegido para enseñar,
siente, sin ver, lo que puede pasar. Que este sentir se lo da Dios, porque
dentro de su cuerpo está el Poder de Dios.
Desperté, oí:
El que tiene Visiones, no tiene
Poder de Dios ni lleva su Mando.
El Mando de este Elegido, su gran
Amor, a Dios se lo ha pedido.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2
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