En Sueño Profético decían:
Hay cosas que se
tienen que hacer pero que no son lógicas. Aquí se juntan dos fuerzas: Una, el
querer de Dios, y otra, la fuerza del hombre para que esto lo cuente cada uno a
su manera.
Dijo uno:
¡Qué pobre se ve el
saber del hombre comparándolo con la Sabiduría de Dios!
Dios Padre mandó el
Ángel a María para comunicarle que sería Sagrario y Templo de Dios, Él mismo,
hecho Hombre. Dios no mandó al Ángel a escribas ni a adinerados para que oyeran
lo que María, Virgen, oyó y vio. Dios, cuando hace manifestación de Visión,
Arrobo o Prodigio, no le hace esta manifestación antes a otro para que le sirva
de testigo de que Dios lo ha hecho. El Elegido ya irá dejando huella de lo que,
tal vez, otros no hagan, y ya irá justificando Verdad a todas sus palabras.
Si Dios no fuera
Dios, el hombre lo creería como cree al que manda ahí en la Tierra. Si Dios no
fuera Dios nada más que en Poder, seguro que al hombre miedo le daría. Pero si
es grande en Poder, el Amor lo supera, y ya no hace de Dios este Dios en la
Tierra.
¡Qué corto y chico
es el saber del hombre cuando con el Saber de Dios se encuentra! Pues no puede
aconsejar cuando del Cielo va la pregunta o la respuesta.
Desperté, oí:
No debería haber
enfado, ni soberbia ni coraje, cuando se oyera decir: “De la Gloria traen este
Mensaje”.
¡Qué importa que el
que Dios mande diciendo, “me manda Dios”, tenga grandes estudios de materia, si
Dios le manda al espíritu y el espíritu ya enseña!
El que diga “¿por
qué Dios no me habla a mí sabiendo que yo sé tanto?”, que piense en los
Discípulos, en San José y en los pastores que dejaron el rebaño para postrarse
a sus Pies.
Aquí había hombres
de estudios, pero eran señalados como los unos. Unos, del número uno.
Dios enseña y a su
vez va moldeando a inteligencia y materia.
Y ya comprenden y
enseñan. Enseñan y aprenden.
Pero si este Amor
te falta, esta clase no la entiendes.
Los cultos le
servirán a Dios cuando le den preferencia a lo que les dice Dios.
Y cuando no olviden
lo que dijo cuando de Hombre vivió, que Aquí mandan que se dicte:
“Mucho Me queda por
deciros. Yo voy al Padre y vendrá mi Espíritu”.
Si el Espíritu no
tiene carne, tiene que coger una.
Luego, el Cuerpo,
queda en la Gloria con el Espíritu, que es Dios Padre y Dios Hijo, y Él envía
su Espíritu.
***
Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C5
No hay comentarios:
Publicar un comentario