En Sueño Profético decían:
Piensa que las pocas horas de sueño de
este Elegido son un justificante más para poner aquí silencio al que tenga
dudas en esta Verdad de Dios. Este poco dormir es Permitir de Dios. Igual que
hay más Permitir, que de no ser Elegido de Dios, no tendría la Paz y la alegría
que tiene. Todo lo que le llega, lo recibe nombrando a Dios.
Dijo un espíritu de Dios Hijo, Maestro,
como Él quería que Le llamaran los que sentó a su Mesa:
Nosotros teníamos más fuerzas cuando más
Mando nos daba el Maestro. Muchas veces nos preguntaban cuando nos veían
andando por sitios lejos y, a veces, con subida de montaña. Decían: “Todos los
días tenéis caminos lejos y nunca os veo tristes ni cansados. ¿Esto siempre lo
vais a tener?”.
Ya contestaron Felipe y Santiago, que
iban juntos: “Si nosotros no tuviéramos este Mando, las fuerzas del cuerpo nos
faltarían, pero como es Mando de Dios, vamos publicando que es Poder de Dios
con Milagro. El cansancio lo retira el Mando que Dios nos da, y ya ven que el
Poder de Dios, Maestro para sus Discípulos, es Milagro, porque no nos ven
tristes ni cansados. Y sí vamos con un Amor que nos paran para preguntarnos”.
Si estás al Servicio de Dios, su Poder le
da fuerzas a tu cuerpo, y ya no te importa lo cerca ni lo lejos, porque el
Poder de Dios lo lleva tu cuerpo.
Desperté, oí:
Comparaban en la Gloria al que Dios elige,
con nosotros, sus Discípulos.
Y es que el Mando de Dios retira el
sueño, el cansancio, y da alegrías. Porque lo que se ha nombrado, no puede el
cuerpo pasarlo.
Nosotros, los once –que éramos doce, pero
Dios manda que el número doce no se nombre–, el día que poco Mando teníamos,
nos encontrábamos sin fuerzas y sin alegría para ir publicando el Mando de
nuestro Maestro.
Somos Felipe y Santiago, que Dios manda
que digamos nuestro nombre.
El Mensaje era comparando a los
Discípulos con el que Dios elige. Esto, por las pocas horas de sueño de este
Elegido, que tiene temor de dormir muy poco por si el cuerpo se pone enfermo y
se cansa. Pero es un Permitir que Dios da para que vean que no es fuerza de la
Tierra.
Igual que los Milagros que Dios concede a
este Elegido. Esto lo ve el que sigue unido al Elegido.
No se quitan del pensar, en todos los
momentos, los enfermos, que su ánimo es el mejor medicamento.
El pedir es: “Señor, en tu Poder pongo mi
pedir, que yo sé que Tú eres el que mandas Milagros, que los médicos, sin tu
Poder, no pueden mandarlos”.
Dicen que aunque no se nombren a los que
están aquí unidos, el Elegido los lleva en su pensar y en su espíritu, porque
son los que Dios ha puesto para traer los prólogos de los Libros.
En el sueño no se quitaba la Visión de
los prólogos, que han traído los que están aquí unidos, y se oían estas
palabras: “Esto es Mando de Dios en el Cielo”.
Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C7
No hay comentarios:
Publicar un comentario