En Sueño Profético decían:
Si esta Enseñanza la pusieran en carreras
universitarias, ¡cuánto bien le haría al que enseña! Y ya presentaría esta
Enseñanza que hoy es única.
Dijo uno:
El que Dios trae Aquí, aprende y enseña lo que Dios
quiere que sepan en la Tierra. Esto, por bueno que seas o estudios que tengas,
si Dios no arroba tu espíritu, tu sabes del cuerpo, pero a lo que estás viendo
hay que ponerle el nombre de “Poder de Dios en el Cielo”. Esto lo creen muy
pocos. Esto deberían creerlo como en la Tierra creen todo lo que el adelanto
nombra.
Cuando alguno dijera: “Dios me lleva a su Gloria y
aquí presento lo que me manda que publique”. Y diga: “Dios me dice que el
silencio es para el mal que haces y a Dios quieres engañar”. Para esto es el
silencio. Pero cuando Dios, todos los días, arroba un espíritu, ya pueden hacer
preguntas, si las preguntas son con Amor para aprender y enseñar.
Desperté, oí:
¿Cómo va a callar el que Dios trae a la Gloria sin
cuerpo, porque el cuerpo Aquí no hace falta para Dios enseñar?
Esto se debería hablar normal, porque normal vive Aquí
el espíritu cuando el cuerpo entierran ya.
El hombre, a más estudios tenga, más niega la Gloria
Celestial.
Dios está ya retirando su Permitir y presentando
grandes cantidades de seguidores que ven que Esto no puede callarse.
Aquí las academias tienen gran responsabilidad, por no
presentar los Libros, diciendo: “Como este Caso no hay otro igual”.
Pues lo mismo que se le enseña al cuerpo, el espíritu
tiene un derecho principal.
El cuerpo, cuando se entierra, se entierran su saber y
sus títulos.
El espíritu, cuando deja el cuerpo, sigue con más
saber su espíritu.
Pero tienes que tener Amor y presentar el bien que en
la Tierra dejó.
Dios te da grandes fuerzas en el espíritu y en el
cuerpo.
***
Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C6
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