En Sueño Profético vi una altura tan grande que no se veía final por mucho que alargara la
vista. Fue terminar esta Visión espiritual y ya se veía desde la altura hacia
abajo, con la misma diferencia de altura, pero horrorizándote.
Dijo uno:
Esto es Cielo y Tierra, Dios
y el hombre. Esto es espíritu que busca a Dios y mira, con su comportamiento al
Salvador de los hombres, a la bóveda del Cielo. Y el Cielo, desde su altura, ve
el Mundo del pecado, el pecado en el hombre, el querer a Dios ocultarlo. Éste
es el horror que da al mirar desde el Cielo a la Tierra. Al revés del que busca
a Dios, que al mirar hacia este Cielo siente atracción Divina, siente
protección Eterna y siente un poder con fuerza, como si fueran los pies andando
sin pisar la tierra.
No da horror la altura, da
horror ver tantos pecados.
Desperté, oí:
Se ha visto mirar desde la
Tierra al Cielo y desde el Cielo mirar a la Tierra.
Esta Visión de espíritu Dios
la hace en el Arrobo, dejando ahí a la materia.
Porque la materia y el
espíritu llaman y miran al Cielo.
Pero del Cielo a la Tierra
es espíritu sin cuerpo.
Estas Enseñanzas las lleva
el espíritu cuando ahí lo espera el cuerpo.
Cuando ahí no lo espera el
cuerpo es Aparición o Visión, distinto a lo que es esto.
Esto es Visión o sitio donde
la haya, y desde el Cielo bajamos Sabiduría con un espíritu que su materia ahí
le aguarda hasta que Dios mande que le den entierro a su cuerpo.
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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
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