En Sueño Profético hablaban del trabajo, del sufrimiento y del tacto que tiene que tener
el Elegido, que siendo terreno llano el paso nunca será el mismo y siendo
terreno difícil tampoco será el mismo. Tienes que ir buscando entre lo difícil
algo que andes más fácil, que este caminar es duro pasarlo y volverlo a pasar.
Si Aquí la verdad no existe
no se empieza el caminar, como éste que se escribe. Hubiera habido caminar como
el que el hombre hace en la Tierra por llegar a algo alcanzar, pero sin que
fuera largo ni duro el caminar. Que si la vida te empuja te vuelves antes de
empezar.
Dijo uno:
No hay mentira que sea
derecha, que crezca y que al hombre mande a callar. La mentira se avergüenza y
no manda a avergonzar como estas Comunicaciones que al leerlas al hombre manda
a callar. Dios le manda fuerzas al Instrumento para mantener esta Verdad hasta
que borren mentira y escriban “Esto es Verdad”.
Si Aquí viviera la mentira no podrían continuar esta abundancia de hechos que Aquí nos mandan dictar. Esta medida tan justa y a veces tan desigual, estas ansias de que sepan que hay Gloria al final de esa vida, a la que tanto aprecio le dan sin pensar que al acabarla empiezan a vivir la Eternidad en la Gloria o en el Infierno, donde el hombre quiera entrar. Los dos sitios tienen puertas: Una, te la abren los Ángeles con el sí que tú ya llevas; y la otra puerta es maldita y te la abre el fuego, los gritos y las tinieblas. El pecado que tú quisiste a sabiendas.
Desperté, oí:
Haz tu vida sin pecado, que
trabajo no te cuesta.
Piensa en las Puertas del
Cielo, que los Ángeles te esperan.
Y haz un pensar ligero donde
te abren las puertas los gritos, las tinieblas y el fuego.
Esto es el no cansarse de
cundir este Evangelio.
Esto es esta Verdad, a la
que el hombre le guarda silencio al seguir el caminar.
La mentira es amiga del
pecado y huye de la Divinidad.
***
Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
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