En Sueño Profético decían:
No hay alegría mayor que ser
Elegido por Dios.
Ya no puedes callar cuando oyes
“otro Mundo no hay”. Y si ves que en Dios no creen, tu primera petición es
ésta: “Señor, perdóname si hago mal pidiendo que tu Poder lo vean en agua, en
sequía o en tormenta, pero con grandes rayos, aunque el rayo caiga en la
tierra”. Que esto y muchos más piensas cuando ofenden a Dios.
Dijo uno:
Yo comprendo el peligro que tiene
el que Dios le da Mando para que hable de su Gloria. Es peligro, porque su Amor
es tan grande, que quisiera que todos buscaran, creyeran y amaran. Y ya, este
Amor, les empuja a defender a este Dios Único y Poderoso.
Al hombre se le oye hablar de la
tormenta, de la lluvia. Pero el nombre de Dios a pocos se lo oyes diciendo: “¡Qué
bueno es Dios! ¡Qué Amor tan grande le tiene al hombre, que pudiendo mandar
castigo, manda al Elegido, para que oigan estos Mensajes y cojan este Camino!
Camino sin engaño, porque Aquí no hay cuerpos, hay espíritus. Y Dios, con su
Poder, les pone cuerpo, para que puedan hablar de Él”.
Desperté, oí:
Tormenta, huracán o diluvio, es
lo que el hombre ve que ahí puede con su poder.
Ya, en el movimiento de tierra,
pueden ver edificios convertidos en montones de piedras.
Si el hombre pensara en este
Mundo, ya corregiría sus faltas y no sería el mismo.
Ser Elegido es alegría grande,
pero sufres cuando ves que no te buscan, sabiendo que hoy no hay otro que pueda
hablar de esta Gloria llevando el Mando que Dios da.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C5
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