En Sueño Profético decían espíritus de la Gloria:
El Amor de Dios no te deja cuando tú lo has buscado, haciendo lo que el Amor enseña. Si sientes este Amor, llevas la compañía de la Madre Virgen.
Ya se va a dictar el Amor que la Madre Virgen sentía cuando le pusieron a su Hijo, matado, en sus brazos, y se van a decir las Palabras que dijo: “Yo siento el Amor de Dios Padre, y este Amor Lo resucitará, y quedará escrito todo lo que Le han hecho, para que vean el Poder de Dios en su Resurrección”.
Ya sigue un espíritu de la Gloria:
La Virgen cogió a su Hijo en sus brazos con la Fuerza del Amor que Ella tenía. Era un Amor, sabiendo que con él enseñaba que la Cruz quedaría vacía, y sus brazos, con más Amor, la Resurrección recibirían.
Todo lo que se ha dicho en la Gloria es para que sirva de Enseñanza a todos los que el Amor sienten. Pero primero están las madres, que si en todo lo de sus hijos pusieran Amor de Madre Virgen, todo sería Paz del Cielo.
El Amor de Dios, si tú lo buscas, él ya te espera.
Desperté, oí:
De estas Palabras que decían en la Gloria, es para que el adelanto aprendiera, y en todo pusiera el Amor de Dios lo primero.
Dicen unos espíritus, la Grandeza que tiene el que siente este Amor.
Cuando tú ya lo sientes, desprecias todo lo demás. Si no sientes este Amor, a la vida no llames vida, porque la vida sin sentir este Amor, es casa vacía, pozo sin agua y cuerpo sin respiración.
Yo no podía vivir sin sentir este Amor. Yo no podía vivir cuando estaba pregonando este Amor y no veía las caras contentas. Entonces, yo, a mi Dios, en el Éxtasis, le ponía lágrimas en el suelo, porque el Amor de muchos necesitaba.
Esto que se ha dicho, en el convento me pasaba.
Ya diré mi nombre: Teresa de Ávila.
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Libro 72 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo VII
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