En Sueño Profético decían:
Hay grande diferencia cuando el espíritu tiene alegría de cuando tiene tristeza. Que la tristeza no puede estar oculta, porque llega a todos los sitios del cuerpo: el estómago despide la comida, y los ojos despiden lágrimas y no dejan de buscar más en todos los momentos del día. Ya, la tristeza despide igual a la alegría y a la risa, y en tu cuerpo te pone muchos defectos y muchas penas. Y ya todo es tristeza y dolencias, que ponen cara triste donde no hay nada enfermo. Pues todo viene del mismo sitio y con el mando del que no hay que nombrar.
Dijo un espíritu de la Gloria:
Hay grande diferencia entre las palabras que han dicho y la Enseñanza de este Elegido de Dios. Su pensar es que, haciendo el Mando de Dios en todos los momentos del día, que son los Mandamientos o las Palabras que Dios Manda que diga el Elegido, si le llega un sufrimiento no le dé enfermedad y más siga a Dios con alegría, diciendo:
– Señor, yo siento un Amor más grande porque sé que tu Amor le puede al sufrir que me llegue. Y ya, con Amor, mi cuerpo no se enferma y más Enseñanza va dejando para no perder la Gloria. Que el que la pierde es porque cuando vivía su cuerpo la tristeza iba publicando por el camino que no es del Cielo.
Desperté, oí:
Qué palabras decían espíritus con Mando de Dios, en la Gloria, para que la tristeza se pisara y para abrazar, con grande Fe y Amor de Dios, lo que llegara, diciendo:
– Señor, yo sin Ti no quiero nada. Tú eres el Dueño de mi vida, de mi Fe y de mi esperanza.
– Mandan que quede escrito, cuando termine el sueño, que antes de empezar a escribir estaba la carne que Dios me unió en su despacho, con su cuerpo y su traje normal, como escribiendo los Mensajes. Cuando desperté quería darle las gracias a Dios, pero no podía dárselas ni tampoco llorar.
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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
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