En Sueño Profético decían:
Junta todos los sufrimientos y pon este pensamiento:
– Señor, yo estoy contigo en todos los momentos, cuando estoy con cuerpo y cuando mi espíritu lo sacas del cuerpo y lo llevas a tu Reino.
Y ya, con este pensamiento, le puedes a todos los sufrimientos.
Sigue el Mando de Dios en un espíritu de su Gloria:
No tiene razón ni sentido que des tu Amor, y hasta tu vida si la pidieran, a los únicos que tienes en la Tierra y no se den cuenta del valor que tiene, que es querer que no es de la Tierra. A éstos le siguen para hacer daño los espíritus del mal, los espíritus que tienen el sitio de Satanás, pero quedan con la puerta cerrada y las fuerzas de Dios hace que tu presencia esté, en silencio, diciendo: “Señor, dame tu Mando y castígame si no lo hago”. Y con esta petición haces las cosas mejor.
Decían que el sentir del espíritu se presenta, si es de Dios, aconsejándote bien, y si no es de Dios, te da consejos para que, después de hacerlos, te lleguen grandes sufrimientos. Que estos sufrimientos se agrandan cuando tú más crees y amas a Dios.
Desperté, oí:
Todos los que están cerca del Elegido tienen que ver que son perseguidos por espíritus del mal.
Todos los que están cerca del Elegido tienen más miradas en todo, en acción y en palabras, que los que están lejos y de Aquí no quieren saber nada.
Los que no quieren saber del Elegido son olvidados, pero los que están cerca de él son perseguidos como lo eran los Discípulos.
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Libro 71 - Te Habla El Profeta - Tomo IX - C1
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