En Sueño Profético decían y explicaban:
La persona que conoce al que Dios le habla y quita de que vayan a oírla, ésta es aconsejada por Luzbel. Dios no puede Él hablar, Él comunicar y Él decir que no vayan a oír lo que está diciendo. Contradicción que nadie haría, y ya a Dios ofende este pensar.
La persona a la que Dios da sus Palabras, ésta jamás puede hacer nada que a Dios pudiera enfadar. Su actuación es siempre de ejemplo, y sus palabras no son suyas. Al no ser suyas, son de Dios, y al ser de Dios, ¿por qué no oírlas?
Queda repetido: el que conozca el Lugar donde Dios se aposenta y no quiera saber los Mensajes, enfada más a Dios si le dice a otro que lo imite a él. Esto es obra de Luzbel, actuación de espíritus malignos, espíritus que los mueve el mal, espíritus que no sienten el Amor Divino, espíritus sin olfato, espíritus que pasan sin el “Diciendo de Dios” cuando saben de dónde sale este “Diciendo”. No puedes amar a Dios sin que oigas lo que está diciendo; como no puedes ser ciego cuando tengas vista, ni mudo teniendo habla. Al que sólo tiene la pierna derecha, no puedes pegarle en la izquierda para que sienta dolor. Siempre que Dios habla, no escuchan, comparan y procuran hacer ver que no es verdad que está hablando.
Dios permite una y mil veces que Lo crucifiquen.
Desperté, oí:
Ayuda a no crucificar. Ayuda a que no crucifiquen.
Tu ayuda y oración pueden impedirlo.
Si no quieres saber de Dios Vivo, no Lo llames, porque para ti está Muerto.
Siempre se sabe de Dios por el que Dios arroba y lo entra en su Reino.
Y siempre Le da la mortificación el que a Dios no ama.
No hay quien ame, y mortifique con el desprecio.
Si amas, no mortificas con el desprecio, acudes a saber, copias del Lugar, y amas con Amor de Eternidad.
Donde digan “habla Dios”, no te quedes nunca atrás.
Procura llegar corriendo, que esto Le gusta a Dios, que desde el Cielo te está viendo.
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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - C6
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