En Sueño Profético decían:
Ama sin medida a Dios y el pago será bien alto, que no hay servicio mayor que el que a Dios le hayas dado.
Hay quien vive para Dios y siempre está buscando donde hacer un servicio que Dios le haya mandado. Que no hace falta oír el sitio donde están esperando, que es el pensar que tú tengas en cualquier necesitado, de espíritu o de ropa, o de comida para el cuerpo, como Dios tiene mandado. El que cumpla estas palabras ya hace a Dios Mando.
Dijo uno:
Amando a Dios y pensando “yo quiero más Amarlo”, te olvidas de ti mismo y ya te sientes Mando, y te vienen grandes fuerzas que Dios te manda en el Mando. Hay quien dice “yo no puedo ir al necesitado”, y presenta las razones con los números muy claros. Que luego, Aquí, ya no sirve la suma que ahí han dado. Porque el que a Dios quiere servirle y bienes le están faltando, tiene el querer a Dios y ya todo le está sobrando. Ya Él le dará en el Mando para ir al necesitado.
Desperté, oí:
Dan en Gloria el consejo de que al querer servir a Dios ya se cuenta con un premio.
Las palabras Él las da y tú abrigas con ellas.
Y el tiempo ves como crece y los segundos en horas se te convierten.
La alegría no te falta aunque las lágrimas lleguen, porque sientes a este Dios que al sufrimiento le puede.
Ya es premio cuando das sabiendo que tú no puedes.
Dios se encarga de que des aquello que tú no tienes.
Lo que tienes que querer es hacer el Mando que Él quiere.
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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
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