martes, 30 de septiembre de 2014

Vida material intachable

En Sueño Profético decían:

Cuando Dios elige para enseñar de Aquí, el que elige, no es normal en la forma de comprender ni en la forma de actuar, y ya ves claro que de Aquí son sus reacciones. Esto, el estudio que tiene es ver su comportamiento con el Prójimo, y ver en la forma que va resolviendo todos los obstáculos que Dios permite. El que quiera hacer este estudio, tiene que tener en cuenta que si la vida material del Elegido es intachable, es normalísimo que Dios lo elija, y si Dios lo elige, ¿quién es el hombre para comparar este hecho con otro anterior?, si Dios eligió a Teresa de Ávila, a Juan de Ávila, a Juan de la Cruz y a infinidad de contemplativos y místicos, y santifica a millares que quieren santificarse. Pues cómo Dios que es, hace las cosas sin comparaciones. El hombre tendría que tener esto en cuenta y no guiarse por místicos anteriores al presente. Estas comparaciones son cuando es el hombre el que actúa, pero cuando la actuación es de Dios, es reverencia y Borrachera Divina.

Desperté, oí:

El místico, sea comparado con el místico; el contemplativo, con los miles de contemplativos; los santos, con los innumerables santos; y el Profeta, con ninguno, porque el Profeta es el que da algo actuando Dios.

Nosotros, los místicos y santos, sabíamos y sabemos lo que Dios quiere que sepamos.

Yo, Juan de Dios, digo, que el que el mismo servicio que yo hice haga, no se someta a estudios, porque ya mi documento Dios me dio: “Por vuestras obras verán que sois cristianos”.

A mí me lo dio el Maestro, Maestro Eterno y Enseñanza Divina.

A Dios no pueden examinarlo, porque Dios es Saber Único, Infinito y Eterno.


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - C5

lunes, 29 de septiembre de 2014

Analfabeto de la primera Enseñanza

En Sueño Profético decían:

Vive el hombre por Dios, y ¡qué poco nombra el hombre a Dios!

A más cultura, más querer que el Nombre de Dios quede como algo que perteneció a otros tiempos. Cuando debía de ser, el hombre que no practicara la Palabra de Dios, tener forzoso un documento con estas palabras: “soy analfabeto de la primera Enseñanza”. Y con este documento, que no pudiera entrar en sitio que diera mala enseñanza. Aunque él a Dios no amara, pero que fuera una exigencia del hombre, como las muchas que el hombre tiene que cumplir, aunque este cumplir le moleste. Pero mientras las cumple, se está acordando de cómo tiene que comportarse para ser un buen ciudadano.

Si esto lo hace el hombre y lo exige para el cuerpo, que da servicio un poco tiempo, ¿qué debe de enseñar y exigir al espíritu, que es eterno?

Dios no puede porque es Dios y quitaría Libertad. Pero el hombre, exigir la Enseñanza de Dios y practicarla, sería un deber normal que hasta debían de exigirlo los cristianos.

Desperté, oí:

Esto no sería pedirle al hombre, ni exigirle que amara a Dios y a su Gloria.

Esto sería un deber del hombre: enseñar los peligros del espíritu, igual que se enseñan los peligros que matan al cuerpo y los peligros que te apartan de vivir con hombres buenos.

Esto sería enseñar a vivir Dios primero que todo.

Si pones el Nombre de Dios en tu boca, y si Esto lo oyen amándolo, este Nombre ya se cunde y Vida te va dejando.

Dios es la Vida que deja al cuerpo que vas llevando.

No hay saber ni invento que a Dios Le quite este Mando.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 217-218-219

domingo, 28 de septiembre de 2014

¡Cuánto va a llorar el hombre!

En Sueño Profético decían:

La soledad de espíritu jamás puede llegarte.

En la soledad de la materia, compadécete del que no te ayudó pudiendo ayudarte. Que del que te compadezcas, ya puede ir a Dios dando gracias y pensar en reformarse.

Pues tanto su compasión como negar el Perdón es Mando que a ti te hacen.

No quiere el hombre saber, el que por bueno se tiene, que tú eres nube con Mando, que recoge agua y llueve.

Dijo uno:

Yo creo que al hombre le falta este pensar que no ha hecho: que cuando Dios hace un Mando por medio de un Instrumento, ya llega de Dios el Mando. Que aceptándolo, ya llegas a comprenderlo. Como no lo comprenderás es poniendo tu “yo” primero, con un nivel cultural que no hace falta en el Cielo.

Este Cielo lo que quiere es que practiques lo Eterno, que lo Eterno es lo del espíritu.

La cultura es para el cuerpo, para que el cuerpo no arrolle lo que el hombre ha dispuesto. Luego, cuando unos mueren y otros van naciendo, la cultura es reformada. Hombre culto que respeta la medida de otro sexo. Y hombre culto que cultura es que no exista el respeto.

Desperté, oí:

¡Cuánto va a llorar el hombre,
con lágrimas o sin lágrimas,
cuando se vea sin remedio
para volver al camino
que antes le dio desprecio!

Era para que de rodillas,
con rodilleras de clavos,
fueran buscando el Mensaje
que Dios manda Aquí dictarlo.

Se nombra más la cultura,
porque cultura con Dios,
ya estaría el  mundo enterado
de que Dios se comunica.

Se comunica a diario
para enseñar a vivir
sin aceptar el pecado.

Si el hombre creyera en Dios,
tendría que divulgarlo.

Porque creer y callar,
tú mismo te estás condenando.

Una señal que haga el Cielo,
si es fuera de lo normal,
pecas si guardas silencio.

El hombre, lo del espíritu,
lo pone después que el cuerpo,
porque está lejos de Dios
y no practica lo Eterno.


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Libro 19 - Dios Manda en su Gloria que Enseñen - Tomo III - C2

sábado, 27 de septiembre de 2014

Reformar a Dios

En Sueño Profético hablaban del espíritu y de la reforma que el hombre estaba siempre intentando: reformar su Leyes, que esto era reformar a Dios. Decían:

La Ley del espíritu es la que tiene que hacer la carne, pero el espíritu no va vivir al mando de la carne. Vivir el espíritu al mando de la carne, es separación de Dios.

Dijo uno:

Si lo eterno es el espíritu, justo es que vivas Ley de espíritu. ¿Cómo vas a cortar el dedo y cuidar el anillo; dar palos a la cabeza para mantener los rizos? Esto es lo que intenta el hombre con sus grandes adelantos, que le mande la carne al espíritu, y ya Dios quede anulado. ¿Cómo puede el hombre pensar que hay otra vida, y que la Ley del hombre, con la carne queda enterrada? La Ley del espíritu es Aquí presentada con el espíritu, o la ley que no fue aceptada; por eso es fracaso la Ley de Dios reformada. ¡Que reforme el puente dejando el agua clara! ¿De qué serviría el puente si el agua enturbiara, no para un día, sino para siempre, y que esa agua sirviera para beberla los hombres?

¡Qué adelanto en fracaso! Este sería su nombre. Pues cambiar a Dios sus Leyes, es animal de los montes, porque el domesticado sabe esconder los dientes, por tenerlo enseñado aquel que dueño se siente.

Desperté, oí:

Tiene que poner el hombre,
aunque a este Dios no quiera,
sus Leyes, y que las cumpla
mientras viva ahí en la Tierra.

El que con Amor las cumpla,
luego tendrá Vida Eterna.

El que las cumpla por ley

y sin querer a la Gloria,
a la Gloria no se viene.

¡Pero tampoco se muere!

Él se entrega a los espíritus
que amigos fueron de ellos.

Ponían en la Gloria
ejemplo tan claros,
que claridad molestaba
y tenías que aceptarlos:

¡Que cuide primero el hombre
el cuello que la corbata!

¡Y que no bese el fúsil
después de que salgan balas!

¡Que se avergüence el decir:
“De Dios no se habla en mi casa”!

Son pocos
los que practican las Palabras

que jamás Dios cambiará,
aunque el hombre

sus Palabras no las quiera.

Cuando vivan sin el sol,
sin el agua y sin la tierra,
les cambiará las Palabras.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 67-68-69

viernes, 26 de septiembre de 2014

11 lo fueron

En Sueño Profético decían:

Dios, cuando vivió de Hombre, tenía a los Discípulos porque los necesitaba para cundir su Enseñanza y para que dieran testimonio de su Vida, de su sufrimiento, de su Poder y de su Perdón.

Dijo uno:

Había sitios adonde Él mandaba, pero Él no iba. Había sitios adonde Él mandaba sus Palabras, pero Él no iba a decirlas. Porque no era su Presencia para el que no Lo creía, pues Él estaba con el que Lo amaba y llevaba Palabras por Dios dichas. Si el Maestro iba como Dios del Cielo, ya no hacían falta los Discípulos.

Estas Palabras eran muy oídas por el que Lo seguía:

“Pensad, que Yo, aunque soy Dios, vivo de Hombre. Y aunque me veáis de Hombre, soy Dios. Siempre actúo de Dios, pero el que me vea, ve a un Hombre. Verá, que lo de la Tierra, a Mí Me hace falta, menos el pecado; que bajo del Padre para salvar al hombre. Me verán cansado y mis Pies con polvo. Me verán que recibo el sufrimiento que mi Padre no ha mandado”.

“Todo esto tiene que pasar el Hijo del Hombre, porque el hombre no ama a Dios Padre, hoy, al Hijo del Hombre”.


Desperté, oí:

Se oía hablar a los Discípulos de hechos que el hombre Le hizo a Jesús en su paso por la Tierra, pero no lo dictan.

Eran de tal sufrimiento,
que no los comprenderían.

Fue cuando los mandó a orar
y se formó gran revuelo.

Él tenía sus Discípulos, pocos,
porque más no quisieron.

Nunca se oyó del Él un número.

¡Es que más no Lo siguieron!

Tenían que ver, sin estar,
lo que Él iba diciendo.

Y comprender de Palabras
lo que Él ya estaba haciendo.

¡Que no lo veían los Discípulos,
que ellos lo veían luego!

Aceptando su mandar,
pocos sirven al Maestro.

¡Piensa en el número 12,
que después, 11 lo fueron!


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - C1

jueves, 25 de septiembre de 2014

Brazos de un mismo cuerpo

En Sueño Profético decían:

Debería ver la vida del Elegido,
el que no lo cree,
para que creyera;
y el que lo cree,
para ayudarle hasta llegar al Calvario.

No sabes si el Sol calienta,
hasta que te has encontrado
al Sol en horas de fuerza
y sin la sombra de un árbol.

Por eso hay muchas cosas
que si no has visto o pasado,
no puedes hablar de ellas;
refieres lo que otro vio,
con verdad o con engaño.

Dijo uno:

El que lea estos Libros,
verá que el Dictado
y el vivir del Elegido
son brazos de un mismo cuerpo,
mandados.

El espíritu escribe
y el cuerpo lo va firmando.
Que la firma, es el hombre
el que al Elegido exige.

En amando, lees y firmas,
y cundes a grandes voces:
“Dios existe, Dios es Vivo”.

Dios no le teme al hombre
que cree que Le corta su camino.

Desperté, oí:

Entre despierta y dormida
oía Palabras,
y contestar no podía.

Y si ahora no las dictan,
perdidas se quedarían.

Fue despertar del arrobo
y decir lo que ella no podría.

Pues a la materia cansada
o alboroto de la Tierra,
le cuesta trabajo, no al espíritu.

El espíritu es la vida
que se encuentra con el cuerpo
que casi siempre domina
para ir en contra del Cielo.

Si el hombre creyera en Dios,
no podría hacer lo que hace.

Si no amaba, por temor,
bien tendría que portarse.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - C2

miércoles, 24 de septiembre de 2014

El espíritu mueve a la carne

En Sueño Profético decían:

El espíritu, con facilidad, mueve a la carne a que actúe sin esfuerzo como el espíritu quiere, esto en lo que no es Gloria para Dios. En lo que es Gloria para Dios cuesta trabajo, por la Libertad que Dios al espíritu le deja.

Dijo uno:

Al espíritu que esté al Servicio de Dios lo sigue la carne con un trabajo de ayuda que el que lo ve no le llama trabajo, porque ve su actuación sencilla. Es el espíritu el que el trabajo lo guía y le hace a la materia que viva felicidad, despreciando a tanto que hay en la Tierra que te obliga a trabajar, a que el tiempo lo quemes sin que el tiempo para lo Eterno te sirva.

El espíritu de Dios ni sufre ni pasa envidia por tener posición mejor, pero sí sufre, día a día, por servir a Dios mejor y le manda a la materia que lo primero es lo de Dios. Éstos son los que los ves con dominio de materia, que con todo el peso que tienen con facilidad tiran de ella.

Esto si lo piensas ves que el espíritu es el que tiene la fuerza, que si un cuerpo queda muerto para moverlo hay que poner grandes fuerzas. Y cuando lo movía el espíritu era recorte de seda.

Desperté, oí:

Enseña a tu carne que oiga a tu espíritu siempre, en lo que Dios mande.

Que si vive esta Enseñanza ya verá lo de la Tierra con poca importancia.

Lo mismo en los valores que en los trabajos que roban trabajos que van a Gloria.

La Enseñanza del espíritu tenía que ser la primera.

Y ya siempre iba el cuerpo donde el espíritu de Dios dijera.

Por falta de esta Enseñanza el hombre peca en la Tierra.

Y siempre lleva su espíritu al mando de su materia.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V - Pag. 19-20

martes, 23 de septiembre de 2014

La Sencillez de Dios

En Sueño Profético hablaban de la Sencillez de Dios. Dijo uno:

Dios es Sencillo. Todo lo que sea de Dios es sencillo. El hombre, si quiere, ve cuando es obra de Dios. Todo lo hecho por Dios es sencillo.

Apareció un jardín, y esta misma voz dijo:

¿Quién daría el colorido
a tanta flor a la vez?

¿Y quién le daría la vida
cualquier día al amanecer,
y abriría los capullos
sin los pétalos romper?

¡Todo lo de Dios es sencillo,
si el hombre lo quiere ver!

Este jardín se sembró,
y ya se dejó a Él,
a que con su Sencillez,
vieran las plantas crecer;
que aquello que plantaron
fue también su Sencillez.

Pues más sencilla es la lluvia,
que también es obra de Él.

Todo lo de Dios es sencillo.
¿Cómo esto el hombre no ve?

Pues más sencillo es dejar
un cuerpo sin vida,
y traerse la vida Él,
y hacer que todos vean
que el cuerpo, muerto no es.

Todo lo de Dios es sencillo,
si el hombre lo quiere ver.
¿Habrá cosa más sencilla
que oír hablar el Lugar
de lo que Dios antes habló en él,
para luego publicar?

Es Sencillo porque es Dios.

El hombre, todo es liar,
liar y hacer difícil
lo que sencillo era ya.


Desperté, oí:

Estudia lo que es Dios,
y ya sabes donde habla.

Estudia su sencillez,
y ya conoces sus Palabras.

Donde Dios ya se presente,
la sencillez no le falta,
porque esta sencillez
es Dios el que se la manda.

Si estos Mensajes los diera
un sabio de ahí de la Tierra,
escoltarían su casa,
y a ella la harían reina.

En cambio, como es de Dios,
esto al hombre no interesa.

Todo lo de Dios es sencillo,
el jardín te lo demuestra.

Y el que tiene el Arrobo,
¡con la sencillez que cuenta
todo lo que a él le dicen
cuando no tiene materia!

Cuando oigas hablar de Dios,
diciendo “Dios me habla”,
observa la sencillez
que despiden sus Palabras.

Pues si no ves sencillez,
es mentira que Dios habla.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II - Pag. 42-43-44-45

lunes, 22 de septiembre de 2014

Infierno en materia

En Sueño Profético decían:

Si la carne no muriera, el espíritu nunca volvería a su Dueño para vivir sólo Gloria.

Dios pudo hacer el mundo dejando la carne como objeto viejo, inservible, que con el transcurso de los miles de años se evaporara la carne como agua en charca, que queda en cieno y luego en nada, pero ya no era vivir dos en uno: espíritu y materia. Que el espíritu es el que deja a la materia por mando de Dios; que la materia ha vivido según el espíritu la ha llevado. Pues luego, este espíritu es el responsable de la vida que ha vivido la carne. Si la carne no muere, no hay Eternidad con Dios, porque el espíritu es eterno sin carne, que es lo que Dios mandó cuando permitió la carne.

Dijo uno:

El mundo, sin muerte de Dios, no tendría Gloria, porque la carne sin muerte, ni enfermedad, ni vejez que llegara, no apartaría el pecado, sería Infierno con llamas, por ser Infierno en materia. Esto, Dios, cuando hizo el mundo y formó ahí la Tierra, ¿cómo no lo iba a pensar Dios Poder, Dios Sabiduría, que del Cielo baja a Tierra? Baja en miles de formas, que ya el hombre le da nombre sin decir Dios. Él dice Naturaleza; él mira lo que él no hace y sabe que allí nadie llega; pero nunca nombra a Dios, ni dice: “esto es bajar Dios a la Tierra, esto es cuido de Dios”. Porque si el hombre cuidara, seguro que esto moriría, si quisiera darle el color o perfume que trascendiera, de los muchísimos que el hombre quiere imitar en la Tierra.

Desperté, oí:

Tiene que morir el hombre
para vivir Paz y Gloria.

Y dejar ahí la carne,
para que vaya enseñando a pensar:
“todos tendrán este fin”.

Tendrán, si tú no te cuentas
en dejar tu carne ahí.

Esto te viene el pensar
según te acuerdes de Aquí.

Hay quien lo acerca el dolor,
y llama el venir Aquí.

Esto ya es cuenta de Dios,
el momento de partir,
si tu llamada es de Dios.

Si es llamada con ofensa,
cuando te llegue la muerte,
cuenta que Dios no te lleva.

La muerte la puso Dios
para premiar al espíritu
de lo que en Tierra sufrió.

La muerte queda en la Tierra,
y el espíritu, con Dios.

Todo lo hecho del Cielo,
siempre será lo mejor.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 126-127-128

domingo, 21 de septiembre de 2014

El que Dios habla en él

En Sueño Profético decían:

El que Dios habla en él, no precisa hacer lo que hace el que Dios no habla en él. Aquí puede tener un estudio claro el que duda ponga. Este Lugar en el que Dios habla, puede prescindir de más de la mitad de las cosas que al hombre le son imprescindibles. Este Lugar podría, de no ser la actuación de Dios, hacer uso de la Confianza y Amor que Dios le da. Dios le deja más Amor Confianza y Libertad. Pero más ama este Lugar dejando la Confianza y la Libertad.

Yo, si hubiera hecho uso del Amor, Confianza y Libertad, cuando nadie lo veía, no me hubieran quitado la palabra de demonio noche y día.

Qué cosa más natural que suprima estas palabras aquel que Dios habla en él:  “Señor, no soy digna. Y una Palabra tuya bastará para sanarme”.

Si este Lugar no es sano ni digno, Dios en él no toma aposento.

Este Dios, cuando en ti entra,
forma revuelo su Amor,
ven que las palabras son suyas,
pero te dicen que no,
que no habla Dios del Cielo,
que aquí miedo tendría yo.

¿Quién es el hombre para decir:
“aquí habla y allí no;
éste fue mucho más bueno;
y aquél mucho más pecó”?
Si nada más que ya al nombrarlo,
debes de reverenciarlo.

¿Quién se encontraría capaz
de poder a Dios juzgar?

Este Dios que nunca hace
las cosas bien para el hombre.
Este Dios que no conoces,
no por Él y sí por el hombre.

Desperté, oí:

Es pena de sufrimiento,
y es pena de más sufrir.

Es pena porque Él te ama
y tiene que consentir
que amando como te ama,
te tenga que permitir  
que desmientas sus Palabras.

Estas Palabras que suenan
a silencio y a campanas,
a alegría y a tristeza,
cuando ves que a Dios no aman.
Que yo quisiera esconder
en su Gloria las Palabras,
pero me las dice Él,
y de su Gloria me manda.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Capítulo 6

sábado, 20 de septiembre de 2014

Instinto de animal

En Sueño Profético decían:

Si al que nace no le enseñas la existencia de Dios y los caminos para llegar a su Gloria, llegará a hombre con instinto de animal, sin caridad y exponiendo razones para que el pecado vean normal.

Dijo uno:

Si el hombre hiciera una prueba, comprobaría esta verdad: estar una generación sin enseñar a los niños a hablar. Cuando éstos llegaran a hombres no sabrían hablar. Se entenderían gritando y ladrando, como hace el animal.

Ahora piensa: éstos mismos que nacen, que no vean andar. No hay que pensar mucho que utilizarían las manos por el suelo como hace el animal.

Pues esto es Enseñanza del espíritu: enseñar, al nacer, que la vida que trae el cuerpo tiene que volver al Sitio que no hay cuerpo, pero que hay Vida Eterna.

Que al salir de Aquí la vida, tú no pudiste hacer que saliera. Pero la entrada en la Gloria, Dios deja que tú la quieras.

Desperté, oí:

Tú la quieres cuando tu vida
vivió con ansiedad de volver.

Cuando cumpliste a Dios
lo que Dios no exige al hombre.

Cuando el maldito pecado
pudieron tus pies pisarlo
y tus manos retirarlo
con la mirada en el Cielo
y tus palabras alabando.

Culpaban en la Gloria al hombre
de que la maldad
acaparara a los niños
para cuando sean hombres.

Ponían comparaciones
con varias cosas distintas,
donde se da la Enseñanza.

El día amanece niño,
y cuando llega la noche
ha dejado la Enseñanza.

Para que el niño,
cuando llegue a hombre,
sepa los peligros
que la noche al mal le guarda.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Capítulo 5

viernes, 19 de septiembre de 2014

Agua del venero cuando nace

En Sueño Profético hablaban de estas Comunicaciones de Dios. Decían:

Seguid caminos
que puedan obedecer
los que no quieren que sean.

Los lejos, estando lejos,
pueden mandar a los cerca.

Pero si los cerca no quieren,
por su actuación lo demuestran.
Esto dejan enterrado
el tiempo que ellos quieran.

Dijo uno:

Ya se pasó esta estación,
chica y sin importancia,
porque no aman a Dios.

Pues ya sigue el camino
que está el mando mayor.
Llama en la misma puerta,
que después se enterarán
los que no quieren que sea.

Si puedes beber el agua
del venero cuando nace,
¿por qué volver paso atrás
a beber de la sucia que dejaste?

No le pongas ya más tiempo
a los que han podido hacer
y por no amar a Dios,
no lo han hecho.

Estos pasos pertenecen
al que enseña el Evangelio.

Desperté, oí:

Deja ese lugar
como cosa que se olvida.

Y luego verás llorar
o impotencia con ira.

El Sitio que elige Dios
y el hombre le da desprecio,
no se merece la tierra
que el grano haga nacimiento.

Ni que el agua
llegue al suelo.

Si el hombre amara a Dios,
no podría vivir
con este comportamiento.

¡Nombran a Dios sin amarlo
y cometen sacrilegio!


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Libro 19 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 121-122

jueves, 18 de septiembre de 2014

Ciegos, paralíticos y mudos

En Sueño Profético decían:

El hombre, cuando puede hacerle servicio a Dios, no Lo busca por temor a que le mande; que si pensara en este mandar, no habría premio que pudiera compararse, si pensara: “Él le manda a mis pies a que anden, y a mis ojos les da vista, y a mi lengua para que hable. ¿Qué le podría pagar, si esto tuviera que pagarle?

Pues seguro que hay ciegos, paralíticos y mudos, que hacen servicio a Dios y Le cumplen Evangelio, y les dan buena lección a los que podrían hacer un gran servicio a Dios, en ir por lejos caminos, llevando el Nombre de Dios.

Dijo uno:

El hombre le sirve al hombre, y no Le sirve a Dios. El hombre se cree que es suyo todo lo que es de Dios. Por qué no piensa un momento:

¡Quedarme yo ciego, paralítico o mudo...!

¿A quién le pediría el favor, para vivir en el mundo como aquel que veo corriendo?

Esto diría el paralítico: ¿Y el mudo que a otros viera, con esa facilidad, que a su lengua, las palabras sonido dieran…? ¿Y ya el ciego que tiene piernas y habla, y no se puede mover sin lazarillo que vaya...?

Si el hombre pensara esto, a Dios buscaba para que servicio le mandara.

Desperté, oí:

Pídele a Dios que te mande,
cuando tus piernas se muevan,
tus ojos vean y tu lengua hable.

Porque será gran sufrir
el que a esto le falte
y antes no quiso servir.

No es trabajo el trabajo
que has trabajado por Dios,
cuando pienses que trabajo
es hacer algún servicio a este Dios.

¿Cómo diría el paralítico,
que a andar empezara:
“Maestro, yo no te sirvo”?

¿Crees tú que al paralítico
le saldrían estas palabras?

Pues piensa hacer servicio
sin camino ni distancia.

Que siendo Mando de Dios,
ni sale el “no”, ni te cansas.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 48-49-50

miércoles, 17 de septiembre de 2014

La muralla

En Sueño Profético vi una muralla no cuidada. Estaba en abandono por la mano del hombre.

Y dijo uno:

En esta muralla se paró un día Jesús el Salvador, y les dijo a los que Lo acompañaban:

“El que crea que ya ha hecho bastante, no Me sirve. Mi Enseñanza va al que cree que poco Me hace. Éste, sí Me sirve, porque siempre tendrá un sitio para mi Mando. El que dude quién soy, no se negará a él mismo. El que Me pide Mando, no duda de que soy Dios del Cielo, hecho Hombre para la Salvación del pecador y premio al justo. Tened todos ansiedad de seguir a mi Padre en Mí. Y nunca penséis por qué no manda el Maestro a otro. El que haga este pensar, esta falto de Amor, como la madre que abandona al hijo cuando a hombre no ha llegado. Al que le pese mi mandar, no Me sirve, aunque servicio Me hiciera. Pero queda sin servirme aunque él crea que servicio Me ha dado”.

Desperté, oí:

Fueron estas Palabras dichas a unos que siempre que veían al Maestro mandar a uno, se alegraban.

Querían de Él su amistad
en momentos que les convenía.

Sin pensar que el que decía:
“Maestro, cuando quieras
mándame tu mandar,
que siento la muerte lejos
cuando trabajo me das”.

Éste, que se presentaba
antes de oír mandar,
era al que Él le mandaba
y aún mandando está.

Oyeron en la muralla,
y hoy hacen el Mando del dictar.

No puede servir a Dios
el que “el hacer”,
con protestas acompaña.

No albergues nunca pensar
que diga estas palabras:

“Yo no sigo a Dios,
porque ya he hecho de más.
Ahora que sigan otros,
que antes no hicieron “na”.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy DIctados en Gloria - Tomo III - Capitulo 4

martes, 16 de septiembre de 2014

Nunca culparás a Dios

En Sueño Profético decían:

Para comprender las Palabras de Dios, tienes que amar. Si no amas, lo que Dios hace sencillo, tú lo harás difícil e imposible.

Dijo uno:

El Amor a Dios, más se ve cuando llega la contrariedad de la vida con materia.

El que mucho ama, más se acerca a Dios en la enfermedad y en los contratiempos que el hombre, mayoría de veces, él mismo se pone. Aquí es cuando asoma el Amor Divino; aquí es cuando más forma la intimidad con Él; aquí es cuando tú dices: “Señor, yo creo esto lo peor, pero cuando Tú lo haces… ¿Quién Ama más que Tú? ¿Quién tiene más Sabiduría que Tú? Pues si nadie es como Tú, ¿cómo decirte Señor por qué Lo haces?”.

Cuando el Amor a Dios ha superado el amor de la materia, es cuando se viven estas frases: “Señor, quiero amarte. No permitas que mi mente sirva nunca para culparte”.

Si piensas en Palabras de Dios, verás cosas dichas grandes. Y si no sientes Amor, ¿para qué decirte frases que escritas nos dejó Dios?

Es difícil comprender estas Palabras de Dios:

“El que Me oye a Mí, oye a mi Padre. Mi Padre está en Mí, y Yo estoy en mi Padre. Mi Padre está en Esencia, y Yo estoy de Carne. Yo he venido a juzgar a vivos y muertos. El que cumple mis Palabras, tiene Vida Eterna”.   

Todas estas Palabras formaban guerra en el que amaba y en el que no amaba.

Desperté, oí:

Estas Palabras fueron unas de las que formaron mayor revuelo:

Dejad que vaya al Padre, y vendrá mi Espíritu.

Yo he venido a curar al enfermo, cuando quiera ser curado.

Yo busco a los pecadores, por si quieren ser perdonados.

El que se avergüence de Mí, Yo lo avergonzaré delante de mi Padre.


¡Cuánto tenían para hablar
los que a Dios no Lo querían!

No podían comprender
lo que Dios ahí decía.

No podían comprender,
porque Amor no conocían.

Si tu Amor ha superado
el amor de la materia,
nunca culparás a Dios,
de lo malo que te venga.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II - C5

lunes, 15 de septiembre de 2014

Donde Dios se aposenta

En este Sueño Profético decían:

El que a Dios se entrega, el que no está entregado lo censura, y ya sabía Dios que éste no Lo amaba.

El que quiere a Dios, cuando ve que otro también Lo quiere, es cuando disfruta más. El disfrutar de Dios es que nos amemos como Él nos ama. Éstas son Palabras de Dios Hijo. Estas Palabras fueron recomendadas antes de dejar de vivir de Hombre.

Dios se hizo Hombre para enseñarnos a querernos mientras tenemos materia, que esta Enseñanza sirve para juntarnos Aquí en su Gloria.

El que mucho ame a Dios, mucho ama al Prójimo, y éste lo hace todo normal. Este “normal” no lo ve el que no ama. El que no ama quisiera que todos hicieran igual que él: olvidarse del Prójimo.

Hay quien dice que ama al Prójimo
porque a veces algo al Prójimo lleva.
Si éste no ama a Dios,
al Prójimo vacío deja.

Ya puede llevarle oro,
ya puede llevarle perlas,
que si a este Dios no ama,
vacío al Prójimo deja.

No dejaría vacío
cuando ahí fuera Vida Eterna,
cuando cambiara esta Gloria
porque Dios ya no estuviera.

Desperté, oí:

La Gloria de Dios está
donde Dios se aposenta.

Esta Gloria no se cambia
porque Dios habita en Ella.
La Gloria no hace a Dios,
es Dios el que hace a Ella.

Si tienes parte en la Gloria
y al Prójimo tú le llevas,
primero le llevas Gloria,
y después, ya, lo que venga.

Dios está en el Prójimo
para que tú no te olvides de Él.

Si a Dios ofendes,
tú vas al Prójimo,
pero tú no Lo ves.

Tú alimentas la carne
y enfermas el espíritu.

El que a Dios ama,
va al Prójimo por ver a Dios.


***

Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 27-28

domingo, 14 de septiembre de 2014

Porque cuidan su ceguera

En Sueño Profético decía Teresa de Ávila:

Si este Dios bajara otra vez a la Tierra,
más se esconderían que saldrían a recibirlo.
Más pensarían:
¿Por qué habrá bajado?,
yo vivía mejor sin Él,
yo ya no puedo engañarlo.

Esto pensarían los hombres
que viven tan alejados
de cómo es esta Gloria,
de cómo serán juzgados.

Viven tan lejos, tan lejos,
que su vivir es maltratar
y darle un gran desprecio
al que los puede enterar
del Vivir de Aquí del Cielo;
del vivir sin el pecar,
del vivir siempre contento,
con ansias, cada día más,
de adorar a Dios del Cielo.

Siempre que yo hacía un pensar,
cuando vivía en el suelo,
era mi primer pensar,
éste que Aquí estoy diciendo:
¿Cómo puede vivir el hombre
sin querer a Dios quererlo?
¿Cómo quiere lo que acaba
y no busca este empiezo?
Empiezo, que si empieza,
es lumbre que va corriendo
por ramajes que están secos
y agua no persiguiendo.

Aquel que haga un pensar
y viva este comienzo,
no lo para vendaval,
porque ya es lumbre corriendo
sin llevar agua detrás.

Si Dios bajara a la Tierra,
no dejarían de llorar
los pocos que a este Dios aman,
cuando vieran el despreciar
que otra vez el hombre diera.

Desperté, oí:

Que el hombre no quiere a Dios,
su vivir da la respuesta.

Que otra vez darían desprecio.
¡Lo dan sin que baje a Tierra! 

¡Ay hombres, que andan ciegos
porque cuidan su ceguera!

¡Ay hombres, que si pensaran
en el Cielo y en la Tierra,
en la Gloria y el Infierno,
en la muerte cuando llega,
que no te sirve disculpa
porque mentira ahí queda!

Yo, cuando viví ahí
la vida que fue de guerra,
cuántas veces de rodillas
me entraba alegría y pena.
Alegría, cuando iba
sin pensar lo que dijeran.
Y pena, cuando pensaba:
si Dios bajara a la Tierra,
qué pocos Lo seguirían.

Habría muchos buscándolo,
y otra vez Lo matarían.

Este Mensaje, al leerlo,
a pocos les dará risa.

Porque Dios molesta al hombre,
tan sólo pensar que viva.

TERESA DE ÁVILA


***

Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Capítulo 6

sábado, 13 de septiembre de 2014

Dios elige para cundir su Eternidad

En Sueño Profético hablaban de publicar la Existencia de Dios o de tenerla oculta; de despreciarla y perseguir al que Dios le da su Mensaje para que lo publique, por ser Enseñanza y un retrato vivo de la Palabra de Dios. Decían:

¿Qué documento puede el hombre presentar de cuando Dios vivió de Hombre, que dejara dicho: “Cuando venga mi Espíritu a seguir enseñando, tenedlo en secreto”?

Si esto Dios lo hubiera dicho, estaría con los Mandamientos y Evangelios, y sería respetado por el que en Él creyera.

El silencio en la Palabra de Dios, a Dios ofende. El no hablar de su Existencia y su Comunicación al hombre, a Dios ofende.

Dios es Dios de todos. Y el Lugar que elige no puede ser cofre cerrado, con un solo dueño y una sola llave.

Desperté, oí:

Si Dios quiere a todos los hombres, cómo va a hablar a uno para que éste guarde sus Palabras, prefiriendo a unos y a otros ocultando.

Esto ya sería del hombre, pero no de Dios.

Dios elige para cundir su Eternidad.

Dios elige para que el hombre cuente siempre con su Presencia.

Dios elige para que enseñen que esta Vida está primero y que esta Vida nunca es muerte.

Si piensas estas Palabras, ocultándolas, ya ofendes.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 32-33

viernes, 12 de septiembre de 2014

Dios existe sin ti, tú sin Él no

En Sueño Profético decían:

Dios no te pide para Él, Dios te pide para ti.

Dios existe sin ti, tú sin Él no.

Dios se hizo Hombre para darte, no para que tú Le dieras.

Dios ama a todos los hombres igual, sin diferencia. Es el hombre el que desprecia lo que de Él viene.

Dios busca al hombre que hizo mal y no se atreve a decir: “¡Dios mío, perdóname, que Te he ofendido!

Pero a Él, ¿cuántos Lo buscan ofreciéndose a recibir su Mando y a seguir su Camino? Si éstos abundaran, se acababan los Elegidos. Y se vería normal que muchos dijeran lo que dice el Elegido: “Dios me habla, Dios me manda, Esto que digo no es mío”.

Esto se vería normal, y no se diría Elegido. Y se extrañaría el hombre cuando oyera decir: “Yo es que a Dios no Lo sigo, ni vivo dentro sus Leyes”, cuando practicara maldad, que tanto mal le hace al hombre.

Si los buenos se cundieran, el nombre de malo asustaba como lobo en el campo, como ver Tierra que tiembla, como el rayo cuando cae.

Desperté, oí:

¡Qué Palabras oye el espíritu,
y luego las oye con el cuerpo!

Dios no te pide para Él,
Dios te pide para ti.

También decían:

Dios quiere darle al hombre,
pero el hombre lo de Dios desprecia.

El hombre no ve lo malo
porque en lo malo vive.

Y le extraña
el que Dios le da Poder
y Gloria le manda.

Le extraña hasta el extremo
que odian su acción y sus Palabras.

Y no le extraña la guerra, el crimen
y exhibir desnudo el cuerpo.

Que a los niños
la inocencia se la quiten
sin los niños comprenderlo.

Y le digan lo que el hombre
debe tener en secreto
hasta que de niño pase a hombre.

El pecado tiene fuerza,
pero no borra Palabras
que Dios Hombre dijo en la Tierra:

“Haceos niños y entraréis en mi Reino”.

Pues si esto dijo a los hombres,
¿cómo querer al niño enseñar
lo que va en contra del Cielo?


***

Libro 19 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo III - Pág. 39-40-41

jueves, 11 de septiembre de 2014

La Tierra engaña

En Sueño Profético
halaban de la Tierra,
de su engaño al hombre.

Hablaban de la edad,
hablaban de la belleza.

Hablaban del que el dinero
lo tiene y no lo cuenta,
porque el querer contarlo
le supondría una pérdida.

Hablaban de los oficios
y de las grandes carreras,
de los torpes de la Tierra.

Y también hablaban
de los listos que ahí quedan.

Porque inteligencia de hombre,
casi siempre
quiere anular a ésta.

Con sus libros inventados,
que siendo la misma carrera,
cada uno pone un texto,
y anula al que estudió en su carrera.

Que detrás ya vendrá otro,
esperando que éste salga
por vejez, o que se muera.

Que éste es el referir
del engaño de la Tierra.

Dijo uno:

La Tierra,
todo lo mantiene y todo lo entierra.

A lo único
que ni mantiene ni entierra,
es al espíritu,
y esto lo sabe la Tierra.

Por eso,
el que vive para Dios,
con él no presume la Tierra.

¡Que esto vale millones,
que lo guarden o que lo vendan!

¡Qué felicidad le da el ver
que a Dios muchos Lo quieran!

Y que el pecado lo miren
haciendo cruces con las manos,
diciendo: “¡Que Dios nos libre!”.

Echando a Lucifer,
que es el que a Dios Lo persigue.

Desperté, oí:

Siendo la Tierra de Dios,
y mandando Dios en ella,
el hombre siembra pecado
para que a Dios no Lo quieran.

Culpando a Dios de “porqués”.

Sabiendo el hombre,
que se tiene que morir,
y normal ponerse viejo,
¡qué pocos cumplen en la Tierra
lo que Dios dice en el Cielo!

Él, a la Tierra se pega,
y de sí se cree dueño.

Sobre todo cuando es joven
o cuando tiene dinero.

Entonces la Tierra engaña,
presentándote la vida,
corta, embustera y falsa.

Que ella la presentó:
verdadera, fiel y larga.

Para llevarte al pecado
y de Dios no te acordaras.

Si la Tierra viera siempre
al hombre mirando al Cielo,
no podría engañar
ni por joven ni con dinero.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pág. 25-26-27-28

miércoles, 10 de septiembre de 2014

“¡Que Me ves, dilo!”

En Sueño Profético decían:

“¡Que Me ves, dilo, publícalo!”.

“¡Que Me ves, dilo!”.


Esto se oía con la misma Voz que entonces fue dicho.

“¡Que Me ves, dilo!”.

Fue mandato del mismo Dios, dicho por Él mismo, con Cuerpo, en la Visión del 54, año que Dios Padre coge para mandar al Hijo a que le dé Poder al espíritu que hoy, aún, sigue recibiendo esta Enseñanza, sin fin y sin poder que la pare, por ser Dios Hijo, que es Dios Padre y Dios Espíritu. Que según es la Enseñanza, hace la Visión al espíritu que vive con materia.

Todo lo dictado, verán que va de Gloria. Nada verán que el Elegido pregunte. Es todo para que del Elegido aprendan. Nada verán que se suba o se baje, de lo que Dios dejó dicho en la Tierra. A nada le verán pecado, de lo que se dicte, que pecado no lo fuera. Y nada tendrá reforma mientras haya Cielo y Tierra.

“¡Que me ves, dilo!”.

Fue el rótulo que Dios puso para frenar en la Tierra. Ya no puede haber silencio, aunque el hombre lo exigiera, como al principio quiso. Pero un principio sin fuerza, como todo lo que con Dios se enfrenta, que queda pisoteado como estera que pones en la entrada de palacio. Que, ¿quién no limpia los pies antes de pisar el mármol? Pues en esto se convierte el que con Dios se ha enfrentado.

“¡Que Me ves, dilo!”.

Fue dicho un 24 de agosto del año 54.

Desperté, oí:

Tan sólo con este Escrito,
que ha sido dicho en el Cielo,
y luego, que quede escrito,
le hace pensar al hombre
que dio desprecio al “dicho”.

“¡Que Me ves, dilo!”.
Tuvo que ser por el hombre,
de rodillas recibido.

Pero cultos y lectores
quieren apartar a Dios
y prohibirle
se comunique a los hombres.

Sin saber que Dios es Dios
y puede secar los mares.

Al Sol, que llegue su Mando
con una nube que tape
luz y calor a la Tierra.

O que le diga a la lluvia
que la quietud no la tenga.

Todo lo puede hacer Dios,
Creador de Cielo y Tierra.

Creador de lo que nace
antes que nada naciera.


***

Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Capítulo 3

martes, 9 de septiembre de 2014

Hazte tasador de espíritus

En Sueño Profético
hablaban de la experiencia,
de la sabiduría del hombre
que su saber es de letras
de otro hombre que escribió
y presentó unas reglas
que, a largo o corto tiempo,
otro hombre las reforma.

Hablaban del tasador
que valora lo que no tiene valor.
Citemos unos objetos
que servicio no te hacen,
como le pasa a un lienzo
que cuelga de la pared,
y hasta se pasan los años
y aquello ninguno ve.

Pero tasan en millones
aquello que muchos pueden hacer
y que no tiene sentido
para aquel precio tener.

¿Se puede decir hombre sabio
al que pague un caudal
para colgarlo en un clavo?

Si el hombre pensara esto,
se sentía avergonzado.

Estos que hablan son filósofos
que ahí vivieron enseñando
a valorar lo que baja de este Cielo.

Uno era de una aldea,
y lo buscaban los académicos,
porque palabra que daba,
era para un testamento.

Decía:

¡Dale valor a la tierra
que te cría el alimento!

¡Dale valor al agua,
que sin ella eres sediento!

¡Dale valor al oxígeno
que Dios te manda del Cielo
como todo lo que he dicho!

Que a todo lo que te manda,
no puedes ponerle precio.

Si una simple silla hablara,
cuando la coge el cansancio
y hasta la arrastra con ira,
¿qué diría la silla al cuadro?:
“A mí me arrastran.
A ti te miman”.

Desperté, oí:

Este hombre de la aldea decía:

Tiene que llegar el día
que el hombre dé más valor
a aquello que más le sirva.

La ropa, cuando te abriga,
y la misma cama,
el servicio que te hace
cuando el cuerpo está enfermo
y la cama necesita.

Un simple bastón
que el servicio te está dando
cuando vas de un lado a otro
y no te ofrecen un brazo
usando la Caridad
que Dios al hombre está dando.

También, si el bastón hablara,
¿qué le diría al cuadro?

Pues ahora haz comparar
con el que lleva Palabras
de la Gloria Celestial.

Dale valor a lo que sirva
a tu espíritu primero.

Luego, a la ropa y a la comida,
para que viva tu cuerpo.

Hazte tasador de espíritus,
de los que llevan al Cielo.

Y no le des el valor
a lo que en un segundo
puede acabar con él,
que es el agua y lo sucio.

En cambio, cualquier metal
o la piedra trabajada,
si se ensucian,
el agua los limpiará.

Si estudias este Mensaje,
tú, filósofo te harás.

Porque filosofía es pensar
aquello que no piensan los demás.


***

Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pag. 95-96-97

lunes, 8 de septiembre de 2014

Éste hace hombres Santos

En Sueño Profético decían:

El que se llena de Dios no tiene sitio para que viva el pecado. Al que se llena del Amor de Dios, el que no ama siempre le verá algo raro, siempre tendrán algún choque de palabras o actuación. El que el Amor de Dios vive siempre, anda caminos llanos y lleva tal confianza que nunca está fracasado, ni en la altura del hombre, ni en la bajura ni en el medio, y a todo lo que no sea pecado le pone el sí.

Dijo uno:

Hay quien se gana la Gloria por dar el sí muchas veces y por vivir confiado de que a Dios le agrada un sí para evitar que el pecado allí se quede viviendo con la venganza y la ira, esperando el decir “la moneda se ha cambiado, ahora me toca a mí”.

Esto es vivir en el pecado por darle valor a un sí de venganza, cuando Paz había esperando.

Dijo el mismo:

Mi padre decía mucho que el sí del hombre bueno era como pastor con rebaño, que sin esfuerzo ninguno y con cariño, tirando piedras, que sin dar fácil recorría el campo.

Desperté, oí:

El Cielo siempre responde con Amor para que tú Amor aprendas.

Siempre te dirá Palabras que tú ves que no son de la Tierra.

¡Qué razón dan en el Cielo para que tú des el sí para acarrear al Cielo!

¡Qué cierto que muchas veces el hombre pierde la Gloria por darle valor al sí del pecado!

Y, en cambio, en el pecado no quiere poner el no, y el sí ya sigue triunfando.

Qué pocos dicen no cuando le ofrecen pecado.

Es el sí, amando a Dios, el que hace que los hombres que sean duros a Dios amen.

Coge el sí para la Gloria y lleva el no para el pecado.

Y ya oirás muchas veces: “Éste hace hombres Santos”.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V - Pag. 15-16

domingo, 7 de septiembre de 2014

Dios nunca deja sin Luz, al que Luz Le está pidiendo

En Sueño Profético hablaba Dios Hijo, hablaba a sus ángeles y a sus santos, a su misma Gloria; hablaba para que el espíritu arrobado hablara de su Gloria, de su Existencia, que todo es un mismo Dios. Se oía:

Alabad a mi Padre y practicad mi Doctrina.

Respetad mis Palabras, que en la Tierra yo dejé.

Amaos, para que vengáis a mi Reino.

Rubricad el nombre de cristianos con vuestras obras.

Haced que os conozcan como conocían a mis Discípulos.

Sellad a los míos por las obras y la humildad.

Aprended a conocer a los espíritus malignos, que apartados están por Mí, porque quisieron pecado.

Respetad mis Palabras por Amor. Respetad al que cumple mis mandatos.

La alabanza del hombre y la blasfemia, llegan a mi Padre, por ser mi Padre el que me manda y Yo llevar su Palabra; Yo: Hombre, Dios y Espíritu del Padre.

Dios Padre se hizo Hombre, quedando en Espíritu en esta Gloria, viviendo Yo, Dios Hijo y Hombre, en la Tierra, y quedando Yo, Dios Padre, en este Cielo.


Desperté, oí:

¿Dónde tiene el hombre escrito
un Escrito como éste?

¿Dónde te aclara su Reino,
como uno que lo ha oído
Allí, en su mismo Cielo.

De uno que lo ha oído,
y Él mismo se lo fue diciendo.

Esto, si no fuera para enseñar,
verías sin poder explicar
lo que has visto Allí en su Reino.

Y oirías, sin saber decir
lo que Allí estabas oyendo.

¡No ves claro Aquí, cristiano,
lo que te dice este Sueño?

Si no eres fariseo,
pide que Dios te dé Luz
en lo que oscuro estás viendo.

Dios nunca deja sin Luz,
al que Luz Le está pidiendo.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II - Capítulo 1

sábado, 6 de septiembre de 2014

No guarda silencio

En Sueño Profético decían:

Es repetido con más seguridad y con más fuerza, que el que Dios se comunique, no guarda silencio. Esto, para el archivo del hombre.

Si el que dice: “Dios me manda que hable en su Nombre”, callara y ocultara sus Palabras, no era de Dios, era actuación de Satán. En cambio, si una persona hace su vida dentro del Prójimo –reconocida por el mismo Prójimo y reclamada por el mismo Prójimo– y esta persona dijera “veo a Dios”, Dios la premia, porque ya está enseñando el camino verdadero de la Gloria y utiliza la palabra “Lo veo” para acarrear a más a que se amen como Dios tanto le pidió al hombre de buena voluntad. Esta persona no peca si dice “yo veo a Dios”; ésta no peca; y la que Dios se comunica, no puede callar.

Dijo uno:

Son tres formas de actuar:

La primera es Dios que arroba, comunica y manda. Esta persona, la actuación de silencio no puede utilizarla, aunque la horca le esperará preparada por el hombre que a Dios no amara. El que a Dios amara, se negaba a dar muerte, aunque fuera mandado por la máxima jerarquía. Pues el mandar martirio al que cumple las Palabras de Dios, ya se firma condenado.

La segunda actuación son personas piadosas, almas de Dios que viven en el Prójimo y para el Prójimo, y su grande Amor Ve, y puede aumentar esta Visión para que el hombre ame a Dios. ¿Cómo Dios se va a enfadar con esta persona que vive al servicio de Dios? Lo que nunca esta persona dirá es: “Dios me dice que diga”.

Ya queda la actuación de la persona mandada por Luzbel. Estudia y verás que palabras con actuación no van. Esta persona desconocerá la humildad, porque en ella vive la soberbia, y será desconocida para el Prójimo. Le harán preguntas de Dios en la forma de los Arrobos, y dirá falsedades, sacando escritos de otros Elegidos para él hablar y robar Palabras que Dios dijo a otro que en Dios creyó y amó.

Desperté, oí:

El que no quiera saber,
es porque a Dios no Lo ama.

El que oiga al que Aquí viene,
éste no le dice: “calla”.

¡Es tan claro esto ver...!

Es criminal la palabra
“mandar esto esconder”.

Bien claro dice el Dictado
lo que en arrobo pasó.

¿Cómo escribir un condenado
estas Palabras de Dios?

¡Si estas frases se desprenden del papel
en defensa del que manda que se dicten!

¡Si al leerlas te dan fuerzas
para que hables y grites!

Dios, su espera no es por Dios,
es por no agrandar condena.

Y el hombre desmiente a Dios
porque Dios a él molesta.

Este Mensaje es para el hombre
que aunque no quiera, lo piensa.

Él dice “esto es mentira”,
y sabe que esto no es de ella.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo III - Pag. 225-226-227

viernes, 5 de septiembre de 2014

Teología sin equívoco

En Sueño Profético hablaban Tomás de Aquino, Agustín de Mónica y Teresa de Ávila.

Decía Tomás:

Ella puede transmitir una Teología sin equívoco, dando la facilidad para poder consultar con ella. Luego leerán sus Escritos, pero sin preguntas, preguntando a quien no sabe con el sentido que están puestas las Palabras. Lo escrito es para que quede todo lo dicho por Dios a ella, para que el que no ha tenido el privilegio de convivir con este Lugar que Dios cogió para transmitir su Palabra al hombre, viva la presencia de este Portavoz. Pero si tú tienes medios de oír y conocer al Portavoz, Dios quiere que tú lo oigas. Dios no quiere hablar y que tú escribas guardando estos Escritos para que los lea otro.

Desperté, oí:

¡Ay si a Agustín, pudieras tú, oyente, oír a él! ¡Y Teresa con su fuerza en su voz te contará la intimidad que Dios le dio!

Al que a mí me quiso oír,
a éste, Dios quería Aquí.

Al que mis lágrimas evitó,
a éste, Jesús consoló.

Y al que me daba el pañuelo,
los dos juntos hacíamos ruegos.

Y estos ruegos tan constantes,
y mis llantos tan profundos,
y estos llantos que son Amor,
y este Amor, que esto no es llanto.

Porque el llanto es en el dolor,
pero Aquí es Amor con llanto.

Este llanto es alegría,
y esta alegría es llanto.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 86-87-88

jueves, 4 de septiembre de 2014

Es más trabajo ser malo

En Sueño Profético decían:

Es más pecado hacer que otro peque, que pecar tú sólo; y es más Amor hacer que amen, que amar tú sólo.

Dijo uno:

Mi padre tenía unas palabras y unas respuestas, que lo buscaban los grandes escritores. Él decía mucho: “Esto no son refranes, esto es pensar, un pensar y ya las palabras salen. Y estas palabras son para si quieres enseñarte. Ahora te recomiendo, que si no crees en Dios, el pensar te hará palabras que irán en contra de Dios, que éstas son las que te sirven para arrastrar al pecado”.

Estas palabras eran muy suyas:

Si la inteligencia que tienes
no es para enseñar a amar,
no llames inteligencia,
llama maldad “disfrazá”.

El hombre que quiere ser bueno,
con que se pare a pensar
que tiene que quedar muerto,
aborrece y odia el mal
que él hizo en otros tiempos.

Un día dijo mi padre,
hablando con grandes hombres
que hasta le hicieron aplausos:
Sería hasta un imposible
pedirle a un hombre bueno
que hiciera lo que hace el malo.
En cambio, si el malo amara,
un día, sin esperarlo,
ya se podría contar
en la fila de los Santos.

¡Mira si puede el Amor
que Dios manda para amarnos!

Desperté, oí:

Estos son los pensamientos
que tiene el que mucho ama.

¡Qué fácil sería pensar,
de la noche a la mañana:
esto no lo hago yo
porque Dios esto no manda!

¡Esto sí lo debo hacer,
y que siga la Enseñanza,
para que llegue algún día
que lo malo se acabará!

Es más trabajo ser malo,
porque el mal siempre te arrastra
a vivir fuera de Dios,
por tu vida endemoniada.

Para ser bueno te sobra
lo que tú no piensas nunca,
que yo te digo Aquí ahora:

Si no hago lo de Dios,
no puedo ir a la Gloria.

Porque Dios no quiere al hombre
que vive vida en su contra.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 162-163-164

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Dos mandos en un mismo cuerpo

En Sueño Profético hablaban del espíritu y la carne:

“Cuerpo temporal. Espíritu eterno. Cuerpo al que le das preferencia, y al espíritu desprecio. Cuerpo que hace presencia de lo que manda el espíritu”.

Hablaban de dos mandos, pero en un mismo cuerpo. Hablaban de la rapidez del espíritu y la lentitud del cuerpo. Decían:

Según haga la acción el cuerpo, ha sido el mando del espíritu.

Todo lo que es de Dios y por Dios lo haces, es obra buena y acción de ejemplo. Esto es mando de espíritu que a Dios contenta.

Todo lo que no sea hecho para Dios, di y piensa: “esto es mando de un espíritu que no es de Dios”. Este espíritu llega, con su mando, a retirarte de Dios.

Dijo uno:

El hombre cree que el cuerpo es el que manda. El hombre cree en todo lo material, vea o nunca haya visto ni jamás pueda ver.

Pero en lo que a él le deja la vida y al nacer le dijo: “Vida, vive en el cuerpo”, en este Dios, Poder y Mando, cree poco el hombre.

Desperté, oí:

Hace falta hablar del espíritu
como se habla del cuerpo.

Y lo mismo que se piensa en el mañana,
por si llegas a ser viejo,
pensar con muchas más ganas:
“esto no lo hago
porque el Cielo lo pierdo”.

Si piensas en la vejez,
que es fea, triste y corta,
¡cómo olvidarte de Dios,
que te regala la Gloria!

Si el hombre pensara esto,
preferiría al espíritu
y olvidaba lo del cuerpo.

El cuerpo tiene final,
el espíritu es eterno.


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Libro 19 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pag. 60-61-62

martes, 2 de septiembre de 2014

Viviendo en la oscuridad

En Sueño Profético decían:

Tienen tantas razones
para ver esta Verdad,
que Dios no obliga, y los deja
viviendo en la oscuridad.

Que la oscuridad la lleva
el que no ve esta Verdad.

Viven oscuridad,
cansancio y aburrimiento.

Llevan vida de ajedrez:
ahora quito, ahora pongo.

Con la gran diferencia,
que el ajedrez te distrae,
y el “quita y pon” de esa vida,
cuando ya no tiene remedio
es cuando ves que has perdido.

Dijo uno:

Sufre el hombre cuando ve
que no alcanza lo que otro tiene.

Que no sirve para nada,
te sirve para pensar:

“Cuando me llegue la muerte,
¿a quién le voy a dejar
esto que yo tanto cuido,
para que así lo reserve
y llegue a muchos siglos?”.

Hay quien se hace esclavo
de aquello que otro hombre valora,
lo cuida, lo mira
y se alimenta su mente
con el valor que le pongan.

Pero que nadie le diga:

“Vende y no te hagas esclavo
de lo que a Gloria no llega,
que puede que este valor
te quite la Vida Eterna”.

Desperté, oí:

Nombraban en este arrobo
la muerte de la materia,
que sabiendo el hombre que llega,
¡qué pocos piensan en ella!

¡Qué cierto que no comprender
las Palabras de Dios,
dichas o diciendo,
es vivir noche oscura,
noche triste,
que no da buen pensamiento!

Al hombre le hace falta hablar mucho
de esta Vida sin cuerpo.

Porque es pensar en un Dios,
que sin tú ver, Él está viendo.

El espíritu es la Vida
que al cuerpo da movimiento.

Que este movimiento es Mando
que Dios le deja a tu cuerpo.

Haz memoria del pasado,
del presente y del futuro.

Y verás que ningún cuerpo
queda vivo,
como se queda el espíritu.

Ésta es la Vida que queda,
la que Dios manda
y la que Dios luego pide.


***

Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Capítulo 8

lunes, 1 de septiembre de 2014

Ni la leen ni la estudian

En Sueño Profético decían:

Es alegría sin poderla comparar, decir: “Mi espíritu lo llevan a la Gloria cuando mi cuerpo no está muerto para el hombre, cuando el espíritu aún no ha tenido llamada para el Juicio Final”.

Es alegría grande el despertar de un arrobo, que si Dios no lo explicara, ¿quién lo podría explicar, para que de él aprendiera el que da clases en la universidad, o el que nunca ha pisado una escuela y su firma en el dedo está?

Es alegría grande vivir donde sale la vida y, una vez que deja el cuerpo, donde tiene que ir.

Es alegría grande aunque tengas que sufrir. Que el sufrir ya lo da el hombre cuando empieza a desmentir, cuando sus ideas diabólicas empiezan a perseguir, y a formarle gran muralla, que el paso no puedes seguir. Pero la alegría sigue, que es la que te hace seguir, y haces brecha en la muralla y pasas aquel sufrir; que el hombre hasta ve calma en la forma de sufrir; que la calma es la Paz y el contacto de Aquí, que Dios le tiene a su espíritu para poder desmentir.

Dijo uno:

Tiene fracaso rotundo el que no quiso ni quiere que Dios haga, a este espíritu, Profeta; donde Él da sus Palabras como las dio antes de bajar a la Tierra. Baja, y Él se dice Profeta, porque el Padre en Él habla.

Desperté, oí:

¿De qué les sirve a los hombres
tener escrita por Dios
su Santa Palabra?

¡Si ni la leen ni la estudian!

¿Por qué no ponen este “no”,
con letras grandes, al pecado?

¿Por qué no van persiguiendo
lo que Dios tiene mandado?

¿Por qué no existe recato
para no perder la Gloria?

¿Por qué no premian al que ven
llevando misericordia?

¡El que no vea estos porqués,
está lejos de la Gloria!


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Capítulo 5