En Sueño Profético hablaban de los Elegidos, de antes de bajar Dios a vivir de Hombre con el hombre, de cuando vivió con ellos. Y después subió al Cielo y sigue eligiendo. Decían:
El Elegido está elegido antes de que él sepa que está elegido. El Elegido pidió ser elegido con la contestación que daba a lo que la vida le presentaba. Dios elige cuando tú no culpas lo que va de Aquí, o lo que Dios permite que el hombre haga. Si el que Dios elige, lo supiera antes de ser elegido, ya se le daría otro nombre y se compararía con la muerte, que sabes que por fuerza llega y el Mando tenías que hacer por fuerza. Pero esto no es Elegido. Todos los Elegidos se ofrecieron aceptando la Voluntad Divina o el Permitir de Dios.
Desperté, oí:
Todo lo que hizo el Elegido
antes de ser elegido,
fue agrado para Dios.
Pero cuando Dios elige,
aumenta el Amor,
la paciencia y el perdón.
Si practicas estas palabras,
en ellas entra el Prójimo.
En la paciencia
retiras la violencia.
Y en el perdón miras al Cielo
y mandas estas palabras:
“Señor, no soy quién para juzgar,
si quiero ser perdonado”.
“Lo que quiero es hacer siempre
el mando que dé tu Mando”.
El Elegido no nace
como el que canta o el enano.
Es que acepta y manda a Dios,
para luego ser mandado.
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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C4
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