En Sueño Profético decían:
Si amaran, comprenderían;
y al comprender,
esta Grandeza cundirían.
Pero un cundir
como la noche y el día,
que no conocen los sitios,
pero los sitios,
por lejos que estén unos de otros,
todos la noche la ven
y el día que se dejaron.
Pues igual tendría que ser
cuando Dios cogiera un Lugar,
pudiendo justificarlo:
el mundo entero saberlo,
y que no pudiera callarlo.
Dijo uno:
El hombre publica el crimen y oculta que Dios
está hablando en un Lugar que no niega lo que Dios le está mandando. Que es que
publique su Existencia, sin adelantos y sin cambios. Verán que todo lo que Dios
hizo, todo, su mismo sitio está ocupando: el Cielo esperando al hombre, y el
Dueño siempre mandando sus Palabras a la Tierra para que sirvan de freno para
el que en Él no crea.
Desperté, oí:
¿Cómo puede ver y comprobar el hombre,
que Dios existe,
y no obedecer su Mando?
¿Cómo cuida tanto el cuerpo,
que no tiene eternidad,
que luego será otro muerto,
que se tiene que olvidar
para los que no lo conocieron,
familiares o amistades
que acudieron al entierro?
En cambio, la Eternidad,
no tiene cementerio.
Porque el cementerio
no es para los vivos,
es para los muertos.
Decían en la Gloria,
que la Palabra de Dios era vida,
era noche y era día.
Qué cómo ocultar estas tres cosas
aunque quieras:
la vida, la noche y el día.
Que el querer callar esto,
es poca sabiduría.
Tú no querrás a la torre,
pero la torre
no puede estar escondida.
Cuando leas este Mensaje,
piensa que Dios esta Vivo
y que hay que publicarlo.
Que el silencio es para lo muerto,
que no grita ni protesta
cuando en el panteón reciben su cuerpo.
Aquí se acaba hermosura,
mando y dinero.
De estas tres cosas nombradas,
acuden a una sólo,
que es el dinero.
No pongas silencio en lo vivo
y déjalo para lo muerto.
Que la Palabra de Dios es Vida Eterna
y no puede estar en secreto.
***
Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C6
Esto es fragancia Divina que lleva a la vida eterna.
ResponderEliminarPor el humo se sabe donde está el fuego, y por estos Mensajes se llega al Cielo.