En Sueño Profético se oían estas Palabras:
Sin ser Elegido por Dios no se pueden
recibir y aceptar todos los sufrimientos y más amar a Dios.
Dijo un espíritu de la Gloria:
Yo, cuando vivía mi cuerpo, conocía a los
Discípulos de Dios, y les preguntaban mucho estas palabras:
“¿Vosotros, por estar siempre con el
Maestro, como Lo llamáis, porque para todos es Dios Hijo, no tendréis nunca
sufrimientos...?
Esto contestaba el que más estaba a su
Mando:
“Yo, todo el sufrir que me llegue, lo
siento más por el Maestro que por mí. El sufrir que tengo es por querer que por
donde pasen sus Discípulos, todos les pregunten: ¿Cómo podríamos oír las
Palabras que el Maestro os da para cundir su Existencia?
Yo, cuando oí a los Discípulos, tenía un
gran sufrimiento por dos hijos que de Dios no querían saber nada, porque mi
mujer, madre de ellos, murió cuando uno tenía doce años y otro catorce. Mi
sufrimiento era mayor cuando los oía despreciar a Dios Hijo, como yo Lo
nombraba. Con todo este sufrir, yo más a los Discípulos buscaba, para ver a
Dios Hijo, Maestro, como ellos Le llamaban.
Un día se vio venir mucha gente por una
calle, y estas palabras se oyeron:
—Ya viene el Maestro con los Discípulos!
Yo no puedo decir lo que mi cuerpo sintió
cuando se acercó un Discípulo y me dijo:
—Ven, que el Maestro me ha mandado que te diga que sigas con nosotros
hasta que Te hable unas Palabras.
Ya llegó y me dijo:
—Tu pensar esta oculto, pero Yo sé,
por el Poder de mi Padre que está en Mí, que tienes sufrimientos grandes y que
quieres acercarte a mis Discípulos para oírme a Mí. Pues desde este momento
puedes decir que Yo te he llamado, porque sé que tu gran sufrir más te acerca a
mis Discípulos para oír mis Palabras.
Ya se cundió que el sufrir que yo tenía,
Dios me lo premió.
Desperté, oí:
Si tienes muchos sufrimientos, acércate
más a Dios, y si puedes, achícalos, que este achicar es querer más a Dios.
El Amor a Dios se ve más grande cuando en
tu sufrir más Lo quieres.
Sigue el Mando de Dios en un espíritu de
su Gloria:
El Amor a Dios le puede a todos los
sufrimientos, cuando tú te acercas a las Palabras que dejó, que son los
Mandamientos.
Pues este Elegido los vivió antes de ser
Elegido.
Hoy no falta de su pensamiento la carne
que Dios le unió y que su espíritu Dios se lo llevó.
Y su cuerpo tiene el nombre de muerto,
que está en el cementerio.
Cementerio: Armario triste, donde está el
traje que ya no sirve.
Cuando el Elegido recuerda esto, más Amor
a Dios le manda con su pensar.
Y a este pensar une otro sufrimiento que
no puede nombrar.
Es gran sufrimiento ver el desprecio que
le tienen al Lugar que Dios tiene Elegido, con grandes reconocimientos.
El Elegido recuerda la carne que Dios le
unió, y a Dios dice en su pensar: “Señor, sin su recuerdo, yo ya no vivo”.
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Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C4
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