Para que el espíritu esté contento, tienes que tener siempre la Presencia de Dios

En Sueño Profético decían:

Para que el espíritu esté contento, tienes que tener siempre la Presencia de Dios, mires para donde mires. Porque esta Presencia es el Amor, y con tus obras y siguiendo sus Pasos, Dios se metió en tu vida y arrobó tu espíritu para que sirva de Enseñanza en el mundo.

Dijo uno con Mando de Gloria:

Aquí se puede decir en público que no hay otro caso igual a éste, con tanta abundancia de Palabras de Dios dichas a un espíritu y pudiendo justificarlo con la vida que todos ven, sin demostrar cansancio. La alegría del Elegido es repartir este Mando. Pero en este repartir Dios la va premiando. Un premio que luego crece, cuando a Dios va nombrando. Paso que el Elegido dé, hay que pensar que de Dios el Mando es.

Desperté, oí:

Si obedecen tus palabras, esto, cada día, más avance tendrá para enterar a todos que Dios no quedó como Lo ponen: crucificado.

Que Dios resucitó y está como cuando en la montaña decían el Sermón para que Lo amaran y sus Pasos siguieran.

Dios está en su Gloria y con el hombre que Lo busca y Lo llama.

No se pueden olvidar estas Palabras dichas en Gloria y que aquí dictan:

“Para que el espíritu esté contento, tienes que tener siempre la Presencia de Dios, mires para donde mires”.

Porque este Amor va por dentro.

Pero Dios quiere que en alta voz se pregone.

Y puede que este pregón acerque a muchos a Dios.

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Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C6