En Sueño Profético
decían:
Se
escandaliza más lo mal hecho que lo bien hecho, cuando debería ser al contrario,
que lo mal hecho quedara por el suelo y lo bien hecho llegara a todos los
sitios, y haría pensar con este pensamiento: “no puede ser para Dios igual el
que hace el bien como el que hace el mal”. El que hace el bien, tiene Paz. El
que hace el mal, vive viendo caminos oscuros y no siente caridad, porque la
oscuridad no va del Reino de Dios, ni tampoco lo que haces mal.
Dijo
uno:
Yo
siempre busqué al que el bien pregonaba, y del mal siempre me aparté. Me
apartaba antes de ver el mal bien hecho, porque esto tiene fuerza, y si tú en
tu pensar le das entrada, terminas haciendo aquello que Dios no manda, que esto
lo hacía el que decía que a Dios amaba. Yo conocía al que Amor a Dios no tenía,
porque Amor despreciando lo que Dios quiere que hagas, no es Amor, es vivir
dando mala enseñanza, que es la que da el que no ama.
Desperté, oí:
La
Enseñanza que va de Aquí, el que no la aprenda ni la practique, que no diga que
ama.
Y
aquel que lo crea, él tampoco ama.
Decían
en el arrobo, que el hombre disfrutaba cundiendo y publicando lo mal hecho.
Y
queriendo callar lo que Dios manda del Cielo.
Que
Aquí lo habían demostrado:
“Silencio
a la Existencia de Dios”.
“Y
escándalo como cultura al pecado”.
El
pecado tiene fuerza porque el hombre no lo persigue, no lo pisa y no lo
entierra.
Da
escándalo a lo bien hecho, y a lo mal hecho dale sepultura para que no aprendan
ni el joven ni el viejo.
***
Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C5
Para Dios no existen tiempos, ni tampoco modas. La Balanza de la Gloria es siempre la misma.
ResponderEliminarLo que está mal, está mal, ahora y hace mil años.