No me podía dormir por cosas que en mi mente ponía. Unas me
servían de bien. Otras, sufrir me hacían, y yo misma me culpaba porque pensar
de noche hacía.
En Sueño Profético decían:
Es el remo que le da fuerza a su cuerpo el despertar de estos
Sueños Proféticos, que son alimento para el espíritu y refugio para el cuerpo
que está viviendo con tanto desprecio.
Dijo uno:
Tiene que ir pidiendo y agradeciendo que esta Verdad se
publique. Pero con palabras medidas, no con todas las que hay dichas, que son
miles de Enseñanzas, que están escritas al Dictado en la Gloria por espíritus
que Dios les da Mando, y en otros Arrobos oyes a Dios Hijo Palabras que dijo en
la Tierra, que son las mismas que hoy dice sin cambio, porque su Poder no tiene
adelanto. El adelanto es mejorar o creer mejorar. Esto no sería Dios. La
Palabra de Dios sale del Creador de todo lo visible e invisible. Si su Palabra
cambiara es que habría otro Dios.
Dios hizo el Mundo y dejó sus Mandamientos, que éstos no tendrán
reforma ni para vivos ni para muertos.
Desperté, oí:
Hablaban de la Palabra de Dios, del alimento para sostener el
cuerpo y del Sueño Profético.
Decían que en todo lo del cuerpo se podía obligar al cuerpo
al bien o al mal.
Pero que en el sueño normal tú no podías obligar al sueño a
que quedaras dormida.
Pues esto es sueño normal, como es la comida. En la comida
puedes obligar al cuerpo y el cuerpo acepta la comida.
Pero el sueño, a más lo obligas, más se retira el sueño y no
quedas dormida.
Dios obliga al sueño y deja el cuerpo dormido y hace Arrobo
de espíritu.
Y ya le puede al sufrimiento.
El sueño lo precisa el cuerpo. Pero en el espíritu, sólo la
Palabra de Dios hace llamada al espíritu.
Que esta llamada, con poco sueño, te habla de siglos y hace
imagen que ve el espíritu.
El empiezo del Mensaje es mandado que quede escrito.
***
Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C8
Amén 🙏🙏🙏
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