En Sueño Profético decían:
Dios Hombre,
siendo Dios, tenía amigos que curaban con la medicina porque eran médicos de la
carne. También tenía amistad con los médicos del espíritu, que Él mismo los
mandaba a curar a los espíritus enfermos, unos más graves y otros menos graves,
pero si no se ponían en curación tomaba fuerza y podía el espíritu del mal.
Dios Hombre
repetía mucho estas Palabras en su Enseñanza:
“Hacedlo todo en el Nombre de mi Padre, luego en el de
los Tres, que es el Mismo. Haciéndolo en su Nombre, Él mandará al Hijo o al
Espíritu, que todo es un mismo Dios. Enseñad que Yo, siendo Dios, de todo lo de
la Tierra Me sirvo, apartando el pecado. Al pecado lo busco y mando buscarlo
para quitarlo del que es preso del pecado”.
Desperté, oí:
En este arrobo
contestan a los temores del hombre para vivir en la Tierra.
Sería ir en
su contra si uno que mucho amara se negara a comer y quisiera que Dios lo
alimentara.
O que un
enfermo se negara a tomar medicamento diciendo: “Que Dios me cure”.
Entonces quedaría
el médico para los que en Dios no creyeran.
Busca al
médico de la carne y haz todo lo del espíritu poniendo a Dios delante.
Que Dios a la
medicina le da poder para curarte.
Y en lo que
va al espíritu ya llevas a Dios delante.
Él mandó a
curar espíritus con enfermedad bien grave.
Unos notaban
las curas y no podían explicarse.
Otros
quedaban en sueño y se veían sanos al despertarse.
No niegues la
curación ni al espíritu ni a la carne.
Pero siempre
con Amor, poniendo a Dios delante, pidiendo su curación.
***
Libro 74 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IX - C6
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