En Sueño Profético decían:
Este Amor que este Elegido le
tiene a las cosas de Dios, sin fechas y sin mando que el hombre tenga que
obedecer, este Amor es tan grande que supera las leyes que ponga el hombre. Si
la Presencia que siempre tiene de Dios en su espíritu saliera con imagen a su
cara, no podrían mirarla sin hincar las rodillas. Y ya el Perdón a Dios pediría
el que bien no la tratara.
Dijo un espíritu de la Gloria que
sigue el Mensaje:
Esto se refiere a los días que,
de año en año, hacen en público actuaciones de palabras o de acción de que a
Dios Lo quieren. Con esto, el que Dios trae Aquí, sufre. Sufre un sufrir que no
puede contar, por haber pocos que esto lo entiendan.
Poniendo el Amor a Dios lo
primero, y ya sintiendo este Amor, todo el año es año santo, y olvidas la
semana y contentas a Dios.
Desperté, oí:
Hablaban en la Gloria del Amor
que este Elegido tiene.
Es un Amor que sin hacer fuerzas
para recordarlo, este Amor siempre lo está recordando.
Y por más Amor que reparte, más
crecimiento Dios le hace.
Cuando la ven más sola, más
compañía tiene.
Porque a Dios siempre Le está
pidiendo por los suyos y por los que Dios quiere que pida. Y así, Dios le manda
compañía.
Una compañía que no ve, pero
siente.
Un sentir que la lleva y le
aconseja para que no le llegue sufrir.
Hablaban en el arrobo del pensar
del que Dios le da Mando.
Estas palabras repite en su
pensamiento:
“Señor, estando ellos contentos,
lo estoy yo, aunque no los esté viendo”.
***
Libro 45 - Te Habla El Profeta - Tomo VI - C6
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