Dios no va a elegir para que ensucien sus Pasos

No me quería dormir para pedirle a Dios por mí, porque me venían pensamientos que me hacían sufrir.

En Sueño Profético decían:

Retira los pensamientos que te agranden el sufrimiento. Retira los pensamientos y piensa: “Si yo estoy al Mando de Dios, Dios me manda y no me deja que los espíritus malos guíen mis pasos”.

Dijo uno que conoció el Nacimiento de Dios Hijo, al que nombraban “Niño Jesús”:

“Yo creí que era Dios antes de su Nacimiento, y les hice servicio a José y a la Virgen en todo lo que yo pude”.

“Había noches que el sueño me llegaba para que yo viera que el sueño no me dejaba. Pero lo mismo que me daba sueño, se iba y me dejaba. Tuve un corto tiempo que, sin querer, me venía este pensamiento: “No tengas tanto en tu memoria al que ha nacido, porque puede que no sea Dios”. Me ponía las manos en la cabeza y a Dios Padre llamaba con estas Palabras: “Señor, si mi vida me va a servir para acampar pensamientos dudando de que sea Dios Hijo el que ha nacido, mándame la muerte, pero que me dure el sufrir y el dolor de mi cuerpo tiempo, y que mi enfermedad tenga contagio, para que me den desprecio”.

Desperté, oí:

Cuanto más te acerques a Dios, más los espíritus malignos te perseguirán en el bien que Dios te mande.

Pero son pruebas que Dios deja que tú las pises y más a Dios quieras.

En un Sueño me decían: “Si tú les estás haciendo con alegría, a José y a María, sin que cuenten las horas ni el descanso, lo que ves que necesitan, ¿cómo vas a tener duda de que el que ha nacido es Dios?”

Ya, cuando desperté, me fui en busca de José, el Patriarca, y a mi familia llevé.

Mis padres trabajaban en el campo, y yo en una fragua, en el pueblo.

Éramos tres hermanos. Yo, el mayor, con veinticuatro años.

No dejé sus Pasos, y pisé los pensamientos malos.

Una mañana, en el monte, cuando iba a predicar, se vino hacia mí y, con su Mano en mi hombro, me dijo:

“Enseña que, el creer, busca al Amado, y ya no puede dejar de seguir sus Pasos”.

“Y cada día pidiendo más Mando”.

“Si sigues a Dios y Dios te da Mando, no pueden acampar en ti los espíritus malos”.

“Pensamiento que te llegue, siempre será para ir enseñando”.

“Dios no va a elegir para que ensucien sus Pasos”.

El empiezo del Mensaje también ha sido dictado.

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Libro 54 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VII - C2