En
Sueño Profético comparaban el hacer el bien por Amor a Dios, con el hacerlo por la ley
de la Tierra:
Cuando
es por Amor, no llega cansancio, y si algo no ves bien, tú intentas que el bien
el mal tape.
Dijo
un espíritu que sigue el Mensaje:
El
Amor de Dios es para sentirlo, y una vez que lo sientes, ya tienes que
publicarlo con las obras en el Prójimo, que unas son para que todos las vean, y
otras son secretas.
El que
sigue al Elegido ve obras que ni pagadas las haría el que el Amor a Dios le
faltara.
Hoy
has recibido alegrías y has tenido momentos de sufrimiento, con enfermos y con
sanos que sus palabras pueden decir: ¡Milagro!
Este
Caso, cada día tiene que formar más Escándalo, porque los cuerpos necesitan un
Poder que es del Cielo.
Repetían
en la Gloria estas Palabras:
Que
todo el tiempo sea para cundir este Caso, hoy único, sin poder compararlo con
ninguno.
El que
aquí ponga la duda, ya él mismo se castiga, porque no puede haber duda cuando a
lo negro digas negro y a lo blanco, blanco.
Todo
el pensar que te llegue, el hacerlo Dios lo quiere, por ser pensar de Amor que
no se rompe y que cada día más crece.
Desperté,
oí:
Las
obras que son de Dios, más publican que a Dios amas.
De las
obras que son de Dios, esta es su firma, dicha por Dios Hombre:
“Por
vuestras obras verán que sois míos”.
“Id al
Prójimo, que en el Prójimo está Dios”.
Llegó
el sueño sin querer que llegara para poder pedir sin descanso la curación del
enfermo.
No se
le quitaban al Elegido del pensamiento estas palabras:
“Señor,
tu Palabra se hizo Carne”.
“Pues
aquí, que se haga, Señor, la curación de los enfermos que hoy te han llamado”.
La
curación del enfermo es pedida pidiendo milagro.
***
Libro 55 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IX - C3
No hay comentarios:
Publicar un comentario