En Sueño Profético decían:
Se van a decir unas Palabras que Dios
Hijo les decía a sus Discípulos.
Dijo uno:
Esto fue un día que salimos con el
Maestro a visitar a uno que nos había llamado. Nos esperaba con unos que no
creían que el Maestro era Dios y que nosotros estábamos a su Mando. Le
acompañábamos cuatro Discípulos. Y estas Palabras fueron dichas por Él para
cada uno de ellos:
“El que desprecie vuestra presencia, es a
Mí al que desprecia. El que tenga amistad con el que no crea mis Palabras, que
no se ponga delante de Mí, aunque tenga amistad con uno de mis Discípulos. Al
que creáis bueno y no se una a vosotros, el sitio que le teníais reservado,
dejadlo vacío para otro que crea que mi Padre fue el que hizo el Mundo y la
Gloria y que a Mí me mandó, como veis, con Cuerpo y con el Nombre de Dios Hijo,
para que los cuerpos hicieran caso del espíritu y no perdieran la Gloria, y ya
su vida fuera Eterna”.
Siguen Santiago y Felipe:
Estas Palabras las teníamos presentes
según con los que nos parábamos. Había una gran diferencia en las preguntas que
nos hacían los que eran seguidores del Maestro de los que no lo eran. A los que
eran seguidores, se les oía:
“Felipe o Santiago, yo quisiera que lo
que nos os hiciera bien, se enterara el Maestro y me mandará castigo en la
Tierra, porque el castigo de la Tierra es corto y puede que este castigo me
ayudara a no perder la Gloria.
Cuando oíamos estas palabras, se veía el
querer el Perdón y el buscarnos para hacernos preguntas y unirse a nosotros,
los Discípulos.
Desperté, oí:
¡Qué Palabras con tanta Enseñanza les
decía Dios Hijo, Maestro, como quería que Le llamaran, a sus Discípulos!
Esto ha sido Dictado con Mando de Dios
por dos de sus once Discípulos: Felipe y Santiago.
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Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C4
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