En Sueño Profético decían:
Ella siempre actuó queriendo no ofender a Dios ni disgustarlo pidiéndole cuentas del sufrir que en ella hubiera. Ella vivió, en ella, la Presencia de Dios. Vivía para lo que Dios mandara por su preparación, que en ella se hacía amando a Dios. Ocultaba el sufrir para que el que no amara no culpara a Dios de lo que Dios con Amor respondía. Que esto si no practicas su Amor no lo comprendes.
Dijo uno:
Para entender algunos sufrimientos tienes que ser amigo íntimo de Dios. Que si Él te deja que tú seas amigo es por el grande Amor que al hombre le tiene, y ya si tú Lo amas vive en ti.
Dios vive en el hombre en tres actuaciones: Entre el hombre, en el hombre y apartado del hombre. Entre el hombre porque Él lo ama, en el hombre cuando su comportamiento es justo a la medida de Dios y apartado del hombre cuando el hombre no cumple lo que Él manda, porque antes de hacer Dios de Dios se aparta del hombre. Éstas son las tres actuaciones de Dios, sencillas de aceptarlas sin quitar ni poner palabras que el hombre al leerlas quiera poner arreglo.
Desperté, oí:
¡Qué claridad te mandan en la Gloria para que aprendas si quieres!
¡Cómo te citan los sitios que Dios al hombre le pone!
Entre el hombre ves a este Dios si quieres.
Y cuando vive en el hombre, no es que Lo veas, es que Lo sientes si quieres querer, pero querer a Dios.
Ya tiene grande diferencia el que Dios de Él lo tiene apartado.
Pues no hacen falta preguntas si vives haciendo pecados o si vives vida buena diciendo: “Yo a Dios no amo”.
Antes de que tenga este pensar ya Dios lo tiene de Él apartado.
Ama y haz que amen muchos para que muera el pecado.
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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
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