martes, 13 de mayo de 2025

El alfarero

En Sueño Profético hablaban del que mucho habla de Dios y no Lo ama.

Decían:

Entonces es cuando tú ves que no Lo ama, ya te fijas en su actuación, que no es la que Dios manda. El que ama a Dios, más se sabe por la gente que por el mismo que ama.


Yo conocí a un alfarero que estaba ganando un jornal, y trabajaba más horas para ir luego a entregar al pobre que no tenía dinero para comprar el pan. Esto lo venía haciendo años y años atrás, porque decía: “Yo no puedo acostarme sin llevar algo a los hijos de los enfermos que se acuestan sin cenar, porque el padre sufre menos comiendo los hijos ya”.

Pues este mismo entró un día a un mesón a llevar unos cacharros que el dueño lo mandó entregar. Había allí uno que de Dios hablaba y tenía a unos cuantos oyéndole su romance. Estos que lo oían, continuaban fríos. Cuando vieron al alfarero, todos dijeron: “Éste es el que yo te refiero que ya tiempo lo veo por el camino del hambre (este era un terreno que vivían los que no tenían jornal ni vivienda y ellos se hacían su choza, le pusieron ese nombre porque aquel camino te llevaba a aquellas familias hambrientas) siempre iba con cestas llenas, y los chiquillos salían a su encuentro, y los gritos resonaban: “¡Ya viene el alfarero!”. Éste sin hablar con nadie, sabes lo que está haciendo; no hay quien repita el caso, si no está ya Aquí en el Cielo.

Desperté, oí:

Cuando a Dios ya Lo amas,
de ti la gente dirá
lo mismo que del alfarero,
aunque te quedes “callá”.

No creas que amar a Dios
es que de Dios te oigan hablar.

El Amor tú lo demuestras
yéndote a consolar
a aquel que con tus palabras
puede que viva con  Paz.

Y que tus oídos oigan:
¡Qué Dios te lo pague ya!,
que es el único que paga
aquí y en la Eternidad.

¡Qué alegría si todos hicieran
lo mismo que el alfarero
antes de que se durmieran!
 
Ya después habla de Dios,
que Dios quiere que se sepa.

***

Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - C4

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