Me dicen que diga

En Sueño Profético hablaban de los Santos que el hombre tiene en la Tierra, reconocidos como Santos, y que Santos fueron.

Unos no se avergonzaron, y a Dios siempre siguieron. Otros, fueron pecadores, y luego fueron más conocidos, y más les mandaba el Cielo. Que esto parece que extraña si no traes a tu memoria la Enseñanza que Dios dejó en la Tierra cuando vivió de Hombre con Cuerpo.

Manda que busquen ovejas perdidas, pero Él iba el primero. Todo el que sus Palabras vivía, ya quería sus Mandamientos, ya vivía su Santidad, ya pertenecían a su Reino.

Pero al que Él le dice “Ve y di en mi Nombre”, y le dice que publique para Enseñanza del hombre, esto no es Santo, esto es Lugar que Dios coge para que siempre esté con vida su Palabra; para que el hombre no hable de un Dios Muerto y haga una historia según quien tenga el mando.

Este Lugar lo hubo antes de Dios bajar a la Tierra; lo hubo cuando Él se hace Hombre; y lo habrá siempre que Dios quiera.

Que sin ser Santo, no puedes ser Profeta, Lugar que Dios da su Enseñanza, llevando delante “me dicen que diga”, y explicando Visiones que nadie puede dar, como no sea Dios el que las diga en el Lugar.

Si este Lugar no ha vivido la Santidad, Palabra de Dios, ¿cómo Dios lo va a Elegir? Tienes que vivir sus Mandamientos, creer firmemente en su Gloria. Si esto lo vives, estás en la Palabra “Santo”; como los niños entran todos en la palabra “ángeles”.

Desperté, oí:

Vive contento
los Mandamientos de Dios,
y ponte el apellido “Santo”.

Ya, Dios te cogerá
según Él quiera
que tú le hagas el Mando.

Aunque el hombre no quiera,
Él te seguirá mandando.

Y si te dice: 

“Ve, habla de mi Gloria, de mis Santos,
que en mi Reino yo te enseño
para que el mundo jamás tenga cambio”.

Si esto lo estudia el hombre,
no pone la palabra Santo.

Dios no dejó escrito
“el Santo Isaías”.
Se quedó escrito “el Profeta”,
pero tuvo que vivir primero
su Palabra con Amor y aceptación.

Estos Lugares son
Mando de Dios,
que del Lugar sale.

Tienen reacciones bruscas
cuando quieren atajarles.

Y jamás se ven vencidos
para que silencio guarden.

Ahora compara el Santo,
el Místico o el Contemplativo,
con estos Lugares.

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Libro 21 - Te Habla el Profeta - Tomo III - C7