En Sueño Profético hablaba Tomás de Aquino. Decía:
El hombre tiene que saber de Dios, primero que saber de nada. Si quiere saber para él enseñar a que busquen a Dios, tiene que saber de Aquí buscando al que Dios trae o buscando Escritos que estén sin reformar por el hombre, que estén tal como de Aquí van, que son los que dan la fuerza para poder enfrentarse con el que a Dios no ama. Hay teología escrita por teólogos que desconocen el Amor Divino, que matan espíritus, retiran de Dios y ellos se condenan. Hay teólogos culpables de que el Mensaje no esté al alcance de cualquiera. Con estos Escritos debían los teólogos estar de fiesta, con repique de campanas día y noche. Es cada Tema, reproducción del mismo Dios para el hombre, cuando el Mensaje lo manda Dios Uno, pero dicho en Tres.
¡Qué Premio para el teólogo que estos Mensajes pudiera darlos a conocer en seminarios, que están faltos de Llamadas Divinas, faltos de oír: “yo soy Portavoz de Dios, yo contesto a preguntas de Gloria para Enseñanza, que así lo manda este Cielo”!
No hay Teología más fértil que la que dicen diciendo: “No puede ser el paisaje, por buen pintor que esté hecho, como si llegas al sitio y ves el árbol moviéndose; y las nubes que estén quietas y en esa quietud correrse, o la borrega pastando y paso a paso moverse. ¿Cómo comparar el cuadro? Pues piensa: ¿leer Palabras que dijeron en el Cielo, o que las estén diciendo?”.
Desperté, oí:
No se debía de decir tanto,
que quisieran el Mensaje,
y sí el teólogo buscarlo
cuando a alguien Dios lo mande.
Es pleito que está ganado
sin que se busque defensa.
Es grande Teología
en cualquier sitio que leas.
Es desmentir la Verdad
con razones y con pruebas.
Habría de ser de la Tierra,
y premiar con gran valor
al que a este Dios tanto quiera.
Si estudias bien el Mensaje,
es poner Paz en la Tierra.
TOMÁS DE AQUINO
***
Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pag. 59-60-61
Mostrando entradas con la etiqueta Tomas de Aquino. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Tomas de Aquino. Mostrar todas las entradas
miércoles, 9 de julio de 2014
jueves, 3 de julio de 2014
En la página primera
En Sueño Profético decía Tomás de Aquino:
Es querer decir no al sí, el no querer decir que estos Escritos son de Aquí, mandados para Enseñanza del hombre. Estos Escritos se recargan por ser Dios el que los manda dictar. La enseñanza del hombre se cobra a buen precio, se enseña sin Amor, y se procura que no supere al profesor.
Yo, Tomás de Aquino, doy mi nombre para el que mi Teología –la que ahí tengo– quiera, ponga estos Dictados en la página primera, y yo mismo te aseguro que te inclinarás más por ésta, por irla yo aquí dictando. El teólogo que quiera, tiene manantial ahí, que desde esta Gloria mandan que brote el agua. Con un solo tema que el teólogo quisiera desmenuzar, tendría para dar grandes explicaciones. Ya es tiempo pasado de sobra, para que el hombre exigiera publicación de estos Arrobos, de esta unión que Dios Padre quiere que sea por todo hombre leída y reverenciada. El hombre se contradice en estas dos palabras: habla de Dios como Vivo, y no acepta el Mensaje porque cree que está Muerto. No es el Comunicante el que dice estas Palabras, soy yo, Tomás de Aquino, el que digo que Dios habla, habla y a muy pocos de esa Tierra; habla a pocos por saber que no Lo aman; pero siguen las ofensas; y podrían no amar, publicar y que otros amaran.
Desperté, oí:
Hoy es Tomás el que dice este Dictado.
Éste fue uno de los grandes teólogos
que a la Tierra fue mandado
su espíritu a una materia,
para que nombrando al Cielo,
todos le llamaran Santo.
Al Cielo nombra primero
con el saber enviado,
porque tú quieres saber
para irlo enseñando.
No puede haber teólogo
que lea y quede callado,
cuando lea los Escritos
que Tomas haya dictado.
TOMÁS DE AQUINO
***
Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Capítulo 2
Es querer decir no al sí, el no querer decir que estos Escritos son de Aquí, mandados para Enseñanza del hombre. Estos Escritos se recargan por ser Dios el que los manda dictar. La enseñanza del hombre se cobra a buen precio, se enseña sin Amor, y se procura que no supere al profesor.
Yo, Tomás de Aquino, doy mi nombre para el que mi Teología –la que ahí tengo– quiera, ponga estos Dictados en la página primera, y yo mismo te aseguro que te inclinarás más por ésta, por irla yo aquí dictando. El teólogo que quiera, tiene manantial ahí, que desde esta Gloria mandan que brote el agua. Con un solo tema que el teólogo quisiera desmenuzar, tendría para dar grandes explicaciones. Ya es tiempo pasado de sobra, para que el hombre exigiera publicación de estos Arrobos, de esta unión que Dios Padre quiere que sea por todo hombre leída y reverenciada. El hombre se contradice en estas dos palabras: habla de Dios como Vivo, y no acepta el Mensaje porque cree que está Muerto. No es el Comunicante el que dice estas Palabras, soy yo, Tomás de Aquino, el que digo que Dios habla, habla y a muy pocos de esa Tierra; habla a pocos por saber que no Lo aman; pero siguen las ofensas; y podrían no amar, publicar y que otros amaran.
Desperté, oí:
Hoy es Tomás el que dice este Dictado.
Éste fue uno de los grandes teólogos
que a la Tierra fue mandado
su espíritu a una materia,
para que nombrando al Cielo,
todos le llamaran Santo.
Al Cielo nombra primero
con el saber enviado,
porque tú quieres saber
para irlo enseñando.
No puede haber teólogo
que lea y quede callado,
cuando lea los Escritos
que Tomas haya dictado.
TOMÁS DE AQUINO
***
Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Capítulo 2
sábado, 1 de marzo de 2014
¿No es bastante?
En Sueño Profético hablaban Tomás de Aquino y Agustín de Mónica.
Dijo Tomás:
Dios ha querido que el hombre no dude de su Existencia, y quiere que se conozca al que no Lo ama. Lo mismo que no había venido un Dios Hombre hasta que Él vino –dicho Aquí: bajó a la Tierra–, hoy no puede encontrar el hombre a un Elegido que dejara en archivos, más de veinte años de Comunicaciones dictadas Aquí en esta Gloria. ¿No es bastante para que el teólogo viera aquí, en este Lugar, actuar a Dios? ¿No es bastante leer Temas de esta gran valía, unidos al caminar del Instrumento? ¿No es bastante comparar, en esta misma persona, su inteligencia en la Tierra, y ser de primera enseñanza, con leer cualquier Escrito cogido al azar? Con esto basta la duda.
Ya dijo Agustín:
No hay otra postura que sea mirando al Cielo, y con voz o sin ella digas: “¡Perdón, Dios mío! ¡Perdón, pero mándame el castigo que Tú quieras!”. Esto, el que creyó y no amó. El que no cree en Dios, de este Dios no echa cuentas al decir que no cree. El que cree, de éste se aparta, y ya a pocos condena, tan sólo a los que en Dios no crean, que éstos son menos que los que creen y no aman.
Estos Libros tienen que estar pronto en las manos del lector. Estos Libros destaparán, abrirán puertas, y se verán cambiar los rostros. Sea pronto su publicación. Sea pronto esta nube corrida y queden en tinieblas los que a Dios no amen, apartándose del fariseo, justificando Palabras de las que mandan del Cielo.
Desperté, oí:
Es disculpa a sabiendas
que Dios habla al que Él quiera.
Es perder tiempo el decir
y comparar con cualquiera
lo que Dios haga ahí.
Desde el comienzo del mundo,
hay un tiempo hasta aquí.
Pues nunca vieron a un Dios
que viviera con el hombre
y, viendo a un Dios de Carne,
fuera el mismo Dios de Aquí.
¡Qué discutir más absurdo
el que quiso discutir
que no era el Dios del Cielo,
porque nunca hubo un Dios así!
Piensa pensando en la Gloria,
aunque no quieras venir,
y verás que Dios es Dios
por siglos, siglos sin fin.
TOMÁS DE AQUINO Y AGUSTÍN DE MÓNICA
***
Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II
Dijo Tomás:
Dios ha querido que el hombre no dude de su Existencia, y quiere que se conozca al que no Lo ama. Lo mismo que no había venido un Dios Hombre hasta que Él vino –dicho Aquí: bajó a la Tierra–, hoy no puede encontrar el hombre a un Elegido que dejara en archivos, más de veinte años de Comunicaciones dictadas Aquí en esta Gloria. ¿No es bastante para que el teólogo viera aquí, en este Lugar, actuar a Dios? ¿No es bastante leer Temas de esta gran valía, unidos al caminar del Instrumento? ¿No es bastante comparar, en esta misma persona, su inteligencia en la Tierra, y ser de primera enseñanza, con leer cualquier Escrito cogido al azar? Con esto basta la duda.
Ya dijo Agustín:
No hay otra postura que sea mirando al Cielo, y con voz o sin ella digas: “¡Perdón, Dios mío! ¡Perdón, pero mándame el castigo que Tú quieras!”. Esto, el que creyó y no amó. El que no cree en Dios, de este Dios no echa cuentas al decir que no cree. El que cree, de éste se aparta, y ya a pocos condena, tan sólo a los que en Dios no crean, que éstos son menos que los que creen y no aman.
Estos Libros tienen que estar pronto en las manos del lector. Estos Libros destaparán, abrirán puertas, y se verán cambiar los rostros. Sea pronto su publicación. Sea pronto esta nube corrida y queden en tinieblas los que a Dios no amen, apartándose del fariseo, justificando Palabras de las que mandan del Cielo.
Desperté, oí:
Es disculpa a sabiendas
que Dios habla al que Él quiera.
Es perder tiempo el decir
y comparar con cualquiera
lo que Dios haga ahí.
Desde el comienzo del mundo,
hay un tiempo hasta aquí.
Pues nunca vieron a un Dios
que viviera con el hombre
y, viendo a un Dios de Carne,
fuera el mismo Dios de Aquí.
¡Qué discutir más absurdo
el que quiso discutir
que no era el Dios del Cielo,
porque nunca hubo un Dios así!
Piensa pensando en la Gloria,
aunque no quieras venir,
y verás que Dios es Dios
por siglos, siglos sin fin.
TOMÁS DE AQUINO Y AGUSTÍN DE MÓNICA
***
Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II
lunes, 4 de marzo de 2013
¡Qué Enseñanza que dejaron a los hombres de la Tierra!
En Sueño Profético hablaban de Juan de Dios, de Juan Bosco, de Tomás de Aquino, de Agustín de Mónica y de Teresa de Ávila. De cada uno hablaba quien vivió con materia en el mismo tiempo que ellos.
Dijo una mujer:
Yo presencié tantos casos de Juan entregado al enfermo, que cuando entraba en los sitios, causaba un gran respeto. Tengo presente la escena que vi con un paralítico. Esto fue en una casa que él iba casi a diario. Les llevaba casi lo que en el día les hacía falta. Este hombre hacía tiempo que sus pies no andaban solos. Lo movía de un lado para otro arrastrando una silla. Todos los días le hacía, que cogido a su cuello se pusiera de pie y medio metro avanzara. Le hacía que repitiera: “Sólo Tú, Dios mío, puedes hacer que yo corra. Y si no corriera, te sigo amando aunque así muera”. Pues un día, después de repetir estas palabras que a Dios agradaban, anduvo. Esto fue fruto de Juan de Dios.
Yo vi a Juan Bosco tratar con tanto Amor a los niños, y tanto hablarles de Dios, que sus espíritus vivían más en la Gloria que en la Tierra. Su educación era con preferencia al espíritu.
Yo ya hablo de Tomás: “Su teoría en la gran Teología era inconfundible; no habrá quien le supere; y hoy en día la está reforzando”.
Sí, yo hablo de Agustín, cuando hablaba del pecado con aquella filosofía que los pañuelos sacaban y pecar ya no sabían.
Yo ya termino el Dictado, y hablaré de Teresa: “La conocí en el convento, y cuando estaba ya fuera, hice tan buena mistad, que se ponía a contarme, y yo, sin prisa, a escuchar; que teníamos que dar corte si nos queríamos separar. Yo me llamaba Verónica, y esto me decía al pasar:
“Verónica, ama mucho.
Verónica, Ama más,
que por mucho que Lo ames,
Él nos ama mucho más”.
Este verso es de Teresa.
Desperté, oí:
¡Qué Enseñanza que dejaron
a los hombres de la Tierra!
El hombre debería adorar
y tener la preferencia
por el que diga: Yo vivo
en la Gloria y en la Tierra.
Y te puedo enseñar
lo que tal vez tú no veas.
Enseñarte con palabras,
con palabras tan certeras,
que si oyes con Amor,
vives Gloria y pisas Tierra.
Si oyes hablar de Aquí,
no te quedes en el lado de fuera,
que éste te puede enseñar
lo que tú tal vez no veas.
***
Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 203-204-205
Dijo una mujer:
Yo presencié tantos casos de Juan entregado al enfermo, que cuando entraba en los sitios, causaba un gran respeto. Tengo presente la escena que vi con un paralítico. Esto fue en una casa que él iba casi a diario. Les llevaba casi lo que en el día les hacía falta. Este hombre hacía tiempo que sus pies no andaban solos. Lo movía de un lado para otro arrastrando una silla. Todos los días le hacía, que cogido a su cuello se pusiera de pie y medio metro avanzara. Le hacía que repitiera: “Sólo Tú, Dios mío, puedes hacer que yo corra. Y si no corriera, te sigo amando aunque así muera”. Pues un día, después de repetir estas palabras que a Dios agradaban, anduvo. Esto fue fruto de Juan de Dios.
Yo vi a Juan Bosco tratar con tanto Amor a los niños, y tanto hablarles de Dios, que sus espíritus vivían más en la Gloria que en la Tierra. Su educación era con preferencia al espíritu.
Yo ya hablo de Tomás: “Su teoría en la gran Teología era inconfundible; no habrá quien le supere; y hoy en día la está reforzando”.
Sí, yo hablo de Agustín, cuando hablaba del pecado con aquella filosofía que los pañuelos sacaban y pecar ya no sabían.
Yo ya termino el Dictado, y hablaré de Teresa: “La conocí en el convento, y cuando estaba ya fuera, hice tan buena mistad, que se ponía a contarme, y yo, sin prisa, a escuchar; que teníamos que dar corte si nos queríamos separar. Yo me llamaba Verónica, y esto me decía al pasar:
“Verónica, ama mucho.
Verónica, Ama más,
que por mucho que Lo ames,
Él nos ama mucho más”.
Este verso es de Teresa.
Desperté, oí:
¡Qué Enseñanza que dejaron
a los hombres de la Tierra!
El hombre debería adorar
y tener la preferencia
por el que diga: Yo vivo
en la Gloria y en la Tierra.
Y te puedo enseñar
lo que tal vez tú no veas.
Enseñarte con palabras,
con palabras tan certeras,
que si oyes con Amor,
vives Gloria y pisas Tierra.
Si oyes hablar de Aquí,
no te quedes en el lado de fuera,
que éste te puede enseñar
lo que tú tal vez no veas.
***
Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 203-204-205
lunes, 11 de febrero de 2013
Extracto incomparable
En Sueño Profético me decían:
Esta Teología verás que no es para todos. Habrá quien la oiga, y al contarla a otro, la descomponga. Esto es hacer y deshacer. Estos Mensajes, de tanta envergadura, sólo tú sabrás quién esté su espíritu preparado para tú leérselos. Una cosa es hablar de Dios, y otra cosa es leer estos Escritos. Esta Teología es de un extracto incomparable, no pudiendo, por tanto, ser comparada con ninguna frase hecha por el hombre. Lo que Dios dicta, no hay humano que lo corrija.
Cuando desperté, oí:
El que oiga tus Escritos, si antes no ha creído, después de oírlos se inquieta.
Se inquieta porque donde desmintió tiene que rectificar.
Estos Escritos pueden ser estudiados por grandes teólogos, asegurándoles no verán que son copia de ningún libro.
Dios dicta como quiere y a quien Él quiere.
Si el hombre supiera que el Dios que no quiere oír ahí, tiene que juzgarle Aquí, el hombre oía a Dios ahí.
De tus Escritos salen Libros sin descanso.
Al leer estos Libros, muchos se harán buenos, y de estos buenos saldrán Santos.
La Palabra de Dios hay que publicarla.
Él dijo: “Donde dos nombraran mi Nombre y de Mí hablaran, Yo estaré con ellos”.
Pues si esto es por hablar, ¿qué será por publicar su Mensaje?
Esta Publicación hará que hablen muchos, no dos, sino muchos cientos.
El que sepa este Mensaje y lo calle, éste oculta a Dios.
Teología es hablar de Dios, es amar a Dios.
TOMÁS DE AQUINO
***
Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 57-58-59
Esta Teología verás que no es para todos. Habrá quien la oiga, y al contarla a otro, la descomponga. Esto es hacer y deshacer. Estos Mensajes, de tanta envergadura, sólo tú sabrás quién esté su espíritu preparado para tú leérselos. Una cosa es hablar de Dios, y otra cosa es leer estos Escritos. Esta Teología es de un extracto incomparable, no pudiendo, por tanto, ser comparada con ninguna frase hecha por el hombre. Lo que Dios dicta, no hay humano que lo corrija.
Cuando desperté, oí:
El que oiga tus Escritos, si antes no ha creído, después de oírlos se inquieta.
Se inquieta porque donde desmintió tiene que rectificar.
Estos Escritos pueden ser estudiados por grandes teólogos, asegurándoles no verán que son copia de ningún libro.
Dios dicta como quiere y a quien Él quiere.
Si el hombre supiera que el Dios que no quiere oír ahí, tiene que juzgarle Aquí, el hombre oía a Dios ahí.
De tus Escritos salen Libros sin descanso.
Al leer estos Libros, muchos se harán buenos, y de estos buenos saldrán Santos.
La Palabra de Dios hay que publicarla.
Él dijo: “Donde dos nombraran mi Nombre y de Mí hablaran, Yo estaré con ellos”.
Pues si esto es por hablar, ¿qué será por publicar su Mensaje?
Esta Publicación hará que hablen muchos, no dos, sino muchos cientos.
El que sepa este Mensaje y lo calle, éste oculta a Dios.
Teología es hablar de Dios, es amar a Dios.
TOMÁS DE AQUINO
***
Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 57-58-59
miércoles, 24 de octubre de 2012
Grandes Elegidos, grandes Teólogos
En Sueño Profético decían:
Estos grandes Elegidos, gran servicio hacen a Dios con la Sabiduría que dejaron escrita en la Tierra.
Dijo Agustín:
Siendo la misma Sabiduría, por ser todo el mismo Dios, estos Escritos darán más escándalo; estos Escritos son con más Enseñanza, con más profundidad; estos Escritos son manta grande, que dan abrigo a todo el que quiere, y nunca les faltará manta.
Ya dijo Tomás de Aquino:
Esto es grande Enseñanza, y fácil el aprenderla; es una Teología sin poder igualarla con ningún libro que hable de temas que dejaron escritos antes otros Elegidos. Hay grandes cosas escritas teológicas: pero una Palabra de Dios, mil del hombre.
Aquí, Agustín, no suena el nombre del Elegido, aquí sale la publicación virgen. Esto ha sido Mando de Dios. De estos Libros, ya, el literato, cogerá riachuelos que nunca igualarán al mar. Son Palabras que pasan por todas las mentes comprendidas; son Teología que Dios quiere implantar al hombre que se cree con Teología gastada, con Teología que ha perdido fuerza y colorido. Aquí, con estas vivas Palabras, se puede enseñar con facilidad de esta Gloria, se puede a Dios acercar el hombre.
Los teólogos que mis escritos lean, ven mucha más fuerza en estos que Aquí dictamos. Si al leerlos los estudian con Amor a Dios y queriendo que esto sea de Dios, a Dios le quitan la guerra, y al Comunicante algo le verán del contacto de Aquí.
Desperté, oí:
Si piensas sólo en Dios al hablar con el que Aquí viene, algo verás.
Si lees lo que le dictan, pensando en Dios, algo verás que sea de Aquí.
Dos grandes teólogos, hoy dan las notas, notas que Dios ha mandado.
Buena seguridad da Dios, en que estos Libros los compares.
Te da la seguridad con estos grandes Doctores:
El gran Santo Tomás de Aquino, como lo llaman los hombres.
Y el grande San Agustín, pecador y luego Santo.
Estos dos ven estos Libros con literatura grande.
Tan grande, que si los lees, tan sólo de Dios acordarte, puedes perder la razón cuando leas sólo: “oí”, “En Sueño Profético vi”, y, “me explicaron”.
Si aquí no pierdes la razón, no te des por perdonado.
Porque Aquí le dan el valor, los mismos que hemos dictado.
TOMÁS DE AQUINO Y AGUSTÍN DE MÓNICA
***
Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 157-158-159
Estos grandes Elegidos, gran servicio hacen a Dios con la Sabiduría que dejaron escrita en la Tierra.
Dijo Agustín:
Siendo la misma Sabiduría, por ser todo el mismo Dios, estos Escritos darán más escándalo; estos Escritos son con más Enseñanza, con más profundidad; estos Escritos son manta grande, que dan abrigo a todo el que quiere, y nunca les faltará manta.
Ya dijo Tomás de Aquino:
Esto es grande Enseñanza, y fácil el aprenderla; es una Teología sin poder igualarla con ningún libro que hable de temas que dejaron escritos antes otros Elegidos. Hay grandes cosas escritas teológicas: pero una Palabra de Dios, mil del hombre.
Aquí, Agustín, no suena el nombre del Elegido, aquí sale la publicación virgen. Esto ha sido Mando de Dios. De estos Libros, ya, el literato, cogerá riachuelos que nunca igualarán al mar. Son Palabras que pasan por todas las mentes comprendidas; son Teología que Dios quiere implantar al hombre que se cree con Teología gastada, con Teología que ha perdido fuerza y colorido. Aquí, con estas vivas Palabras, se puede enseñar con facilidad de esta Gloria, se puede a Dios acercar el hombre.
Los teólogos que mis escritos lean, ven mucha más fuerza en estos que Aquí dictamos. Si al leerlos los estudian con Amor a Dios y queriendo que esto sea de Dios, a Dios le quitan la guerra, y al Comunicante algo le verán del contacto de Aquí.
Desperté, oí:
Si piensas sólo en Dios al hablar con el que Aquí viene, algo verás.
Si lees lo que le dictan, pensando en Dios, algo verás que sea de Aquí.
Dos grandes teólogos, hoy dan las notas, notas que Dios ha mandado.
Buena seguridad da Dios, en que estos Libros los compares.
Te da la seguridad con estos grandes Doctores:
El gran Santo Tomás de Aquino, como lo llaman los hombres.
Y el grande San Agustín, pecador y luego Santo.
Estos dos ven estos Libros con literatura grande.
Tan grande, que si los lees, tan sólo de Dios acordarte, puedes perder la razón cuando leas sólo: “oí”, “En Sueño Profético vi”, y, “me explicaron”.
Si aquí no pierdes la razón, no te des por perdonado.
Porque Aquí le dan el valor, los mismos que hemos dictado.
TOMÁS DE AQUINO Y AGUSTÍN DE MÓNICA
***
Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 157-158-159
lunes, 21 de mayo de 2012
Tiene que dejar el mismo eco que oyó en el Arrobo
En Sueño Profético hablaban Tomás de Aquino y Agustín de Mónica.
Decía Tomás:
El hombre no quiere reconocer lo que es “Dios hablando” y lo que es el “hablar de Dios”. Hablar de Dios no es decir “me dice Dios”. “Me dice Dios” es para después hablar de Dios. Esto es sencillo que el hombre lo abrazara como madre al hijo cuando aún es niño, que en el abrazo siente su protección. Esta entrega es la que tenía que tener el hombre.
La Teología se habla y se aprende del que Dios eligió. Dios se hizo Hombre para Enseñanza y Ejemplo. Volvió a su Reino, y desde Allí manda su Espíritu para que actúe en el hombre, normal al hombre, pero no es como el hombre. Por dentro está lleno de Amor a Dios, rebose que sale por fuera, rebose que no ve el hombre por faltarle por dentro Amor, aunque afuera no saliera.
Dijo Agustín:
Ahora va mi Dictado
con la Palabra de Dios:
Que el hombre tenga entendido
que si hembra o varón,
culto, aldeano o santo,
que quiera decir “soy yo”,
no detienen estos Mensajes
que van del Reino de Dios,
y tiene que ser por ella
decirlos en alta voz,
porque nadie les da el eco
que su espíritu absorbió.
Es pena que diga el hombre:
“¡todo es hablar de Dios!”.
Esto no es, dijo Dios,
esto es me lleva el Padre,
que todo es el mismo Dios,
que Él quiere que diga el hombre:
“la Gloria la veo yo”,
y me dice que publique
"pa" quitar al pecador
que no sabe la existencia
de esta Gloria de Dios.
Tiene que dejar su eco,
el mismo eco que oyó
cuando estaba en el Arrobo,
Arrobo que Dios llevó.
Desperté, oí:
Va diferencia sin culpa,
el oír hablar de Dios,
y oír las mismas Palabras
dichas por el mismo Dios.
Debía de ser alegría,
en vez de ser discusión.
Siempre que habla este Dios,
el hombre intenta y procura
el quitarle su valor.
Esto, si el hombre lo hace,
no está fijo que vive Dios.
TOMÁS DE AQUINO y AGUSTÍN DE MÓNICA
***
Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 162-163-164
Decía Tomás:
El hombre no quiere reconocer lo que es “Dios hablando” y lo que es el “hablar de Dios”. Hablar de Dios no es decir “me dice Dios”. “Me dice Dios” es para después hablar de Dios. Esto es sencillo que el hombre lo abrazara como madre al hijo cuando aún es niño, que en el abrazo siente su protección. Esta entrega es la que tenía que tener el hombre.
La Teología se habla y se aprende del que Dios eligió. Dios se hizo Hombre para Enseñanza y Ejemplo. Volvió a su Reino, y desde Allí manda su Espíritu para que actúe en el hombre, normal al hombre, pero no es como el hombre. Por dentro está lleno de Amor a Dios, rebose que sale por fuera, rebose que no ve el hombre por faltarle por dentro Amor, aunque afuera no saliera.
Dijo Agustín:
Ahora va mi Dictado
con la Palabra de Dios:
Que el hombre tenga entendido
que si hembra o varón,
culto, aldeano o santo,
que quiera decir “soy yo”,
no detienen estos Mensajes
que van del Reino de Dios,
y tiene que ser por ella
decirlos en alta voz,
porque nadie les da el eco
que su espíritu absorbió.
Es pena que diga el hombre:
“¡todo es hablar de Dios!”.
Esto no es, dijo Dios,
esto es me lleva el Padre,
que todo es el mismo Dios,
que Él quiere que diga el hombre:
“la Gloria la veo yo”,
y me dice que publique
"pa" quitar al pecador
que no sabe la existencia
de esta Gloria de Dios.
Tiene que dejar su eco,
el mismo eco que oyó
cuando estaba en el Arrobo,
Arrobo que Dios llevó.
Desperté, oí:
Va diferencia sin culpa,
el oír hablar de Dios,
y oír las mismas Palabras
dichas por el mismo Dios.
Debía de ser alegría,
en vez de ser discusión.
Siempre que habla este Dios,
el hombre intenta y procura
el quitarle su valor.
Esto, si el hombre lo hace,
no está fijo que vive Dios.
TOMÁS DE AQUINO y AGUSTÍN DE MÓNICA
***
Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 162-163-164
domingo, 15 de abril de 2012
El teólogo que ame la Teología, busca esta Teología
En Sueño Profético hablaban de Teología, diciendo:
El teólogo que ame la Teología, busca esta Teología.
La Teología que aprendes del hombre no puede ser comparada con la que aprendes del Profeta; la del hombre es dicha por Dios; la del Profeta no es “dicha”, es “Dios hablando”; agua que te llevan de la fuente, y agua que tú bebes en la fuente. El agua que te llevan tiene medida; la que tú bebes en la fuente es sin tasar. Y si tú tienes la fuente en tus manos teniendo sed, ¿cómo despreciar esta fuente y suplicar que te den la gota? Si oyeran, hablarían; y si hablaran, enseñaban; y el que aprendiera, no callaba. Este hablar Aquí, emborracha ahí.
Desperté, oí:
Reverencia lo que Dios dijo, y besa lo que está diciendo.
Dios nunca hablará para que el hombre lo calle.
TOMÁS DE AQUINO
***
Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 14-15
sábado, 25 de diciembre de 2010
Tres puntos - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 3-4-5
En Sueño Profético hablaban del Amor:
Dijo uno:
El Amor es exigente. El Amor tiene tres puntos imprescindibles para el que ama: primero, ansiedad de buscar; segundo, obediencia al amado; y tercero, no callar este Amor que nunca puedes decir: “Yo, ya bastante estoy amando”.
Dijo otro:
Aquí, todos los que estamos, podemos hablar del Amor, porque el Amor, Aquí, a todos nos ha juntado. Voy a enumerar unos cuantos: Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Juan de Dios, Catalina de Siena, Tomás de Aquino, Agustín de Mónica, Álvaro, Francisco de Asís, Juan Bosco, Domingo de Guzmán y Profetas del Antiguo Testamento, Profetas que comunicaron la Venida del Salvador.
Éste mismo dijo:
Pero que siga Teresa hablando del grande Amor:
Yo diría que los tres puntos
son tan sólo uno en dos.
Que hablando con grande fuerza,
te viene olvido “pa” “to”.
Este Amor ya se encarga
de que pierdas la razón,
y no encuentres bienestar
sino contemplando a Dios.
Luego, este Amor te dice
que no hay nada mejor
que vivir ya contemplando
a la orden de tu Dios,
aunque te digan palabras
como las que oía yo.
Por la boca del hombre,
lo malo, “to” lo hice yo:
Fui libertina en pecados
del hombre que amaba a Dios,
porque éste se paraba
“pa” que le contara yo.
Me acusaron de pecado
hasta con mis compañeras.
Decían que el demonio hablaba
cuando yo sola en mi celda
me hacía señales
para parecer yo buena;
que no tenía obediencia
y me salí del convento
para inventar una comedia.
Pues todo esto soporté,
y alegría era mi pena.
¿Qué importancia tiene esto,
cuando tú a Dios Lo sientas?
Desperté, oí:
Yo creo que el que no ama,
tiene siempre las palabras
de insulto para este Dios.
Yo creo que la obediencia
te viene con el Amor.
Yo creo que si tú amas,
no puedes ofender a Dios.
El Amor a Dios te exige,
un exigir con razón,
un exigir que te lleva
por el Camino de Dios.
Todos los caminos tienen
llano, monte, barranco,
espinas, fragancia, cansancio,
y final, decir a Dios:
“Éste no era mi camino,
mi Camino era el Amor,
Amor con tanta locura,
que aún no Le he dicho a Dios”.
TERESA DE ÁVILA
***
jueves, 24 de junio de 2010
Tres Espíritus - Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pag. 77-78-79
En Sueño Profético hablaba Tomás de Aquino, Catalina de Siena, y Domingo de Guzmán. Hablaban los tres, como si uno pensara y los tres contestaran en un acuerdo. Dijo Domingo:
El hombre debía de exigir al que Aquí viene, respondiera a las preguntas que le hiciera él para aprender y poder hablar con naturalidad de este Vivir de Gloria. Ya dijo Tomás:
Si en una universidad dijera algún alumno: yo oigo, y lo creo, a una persona que Dios a diario la lleva a su Gloria y le habla para que enseñe en la Tierra lo que el hombre ocultar quiere. La reacción sería tal alboroto, que me atrevería a decir que le prohibirían el seguir hablando, y amenaza para expulsarlo. Por eso, tiene que ser dar por todas las partes del Mundo la noticia de este Mensaje viviendo. Dios es el mismo, y sus Palabras son sin cambio. Dios, que ayer habló, hoy habla, y mañana tiene que hablar para que ese Mundo material viva al aliento de las Palabras del Creador. Domingo, ya se oye hablar:
Era, para que desde que Dios vivió Hombre, el hombre, a lo que oyera de Dios dijera, AMEN, cuando la conducta del Comunicante fuera cumpliendo las Leyes de Dios, más en el Prójimo que en ti mismo, para imitar más a la Vida que Dios vivió de Hombre. Es Catalina de Siena, la que el Arrobo termina antes de quedar despierta:
Es más Amor con más fuerza, el redoblar las Palabras cuando llegas a la Tierra. Es más verdad el que grite: Dios me arroba para enseñar a que eduques a la materia al Mandar de este Mandar; después que quedes sin carne, la disculpa no te va.
Desperté, oí:
La Fuerza de Dios se ve cuando lean este Mensaje y tú lo quieras escuchar.
¡Qué Palabras dichas en Gloria por tres Espíritus que sus nombres ahí se nombran!
Se nombran dando Enseñanza y han quedado en la Historia.
Pero que alguien refiera de Catalina de Siena.
Si puedes el referir, de antes de verla muerta.
Pero una vez que murió, da risa el hablar de ella.
Bien dice Tomás de Aquino, la reacción de la universidad en uno de sus alumnos.
En uno que su contacto tuviera con el que Dios trae Aquí.
Ya Domingo de Guzmán, no pide Perdón a Dios por el que el predicar lo hace en contra de Dios.
Si predicas las Palabras que Dios dejó ahí en la Tierra, busca las que mande hoy, que es hierba segada o en siembra.
Siendo la misma semilla, más fuerza tiene la siembra.
TOMÁS, DOMINGO, y CATALINA DE SIENA
***
martes, 23 de marzo de 2010
Teología que hace pensar al Teólogo - Libro 51 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo V - Pag. 80-81
En Sueño Profético decían:
Tus horas y tu tiempo sean para cundir estas Palabras dichas por Dios en su Reino. Ya que su Mando es para retirar al que aquí quiera hacer daño.
Dijo Tomás de Aquino:
Estos Dictados tienen rebose de Teología. Pero una Teología que hace pensar al Teólogo. Y hace que éste coja libros para comparar con estos temas que no están escritos. La Palabra de Dios es siempre la misma. Pero no es igual estudiarla de libros, que oírla. Igual que da más justificante el que la oye y no sabe de estudios, y lo que escribe tiene Mando para prohibir al que quisiera mejorarlo.
Yo, con mi grande amor que tenía a la Teología, si mi cuerpo viviera, esta Teología tendría que aprenderla. Son temas que te hablan de todo; y en cada tema ves que esto no es enseñanza de profesores. Esta grande Teología no te cansa. Pero debería de estar ya en todos los sitios de enseñanza para este Mundo.
El Teólogo es el que puede hacer callar presentado esta Teología con esta fuerza. Yo era un enamorado de las Palabras que Dios me decía y escritas están para enseñar a Teólogos y seglares.
Desperté, oí:
Fui Teólogo por Amor a Dios y la vida la entregaba por mi Teología.
Pues a pesar de saber que fui un grande Teólogo, hoy me siento párvulo ante esta abundancia de Teología de Palabras.
Aquí hay una gran cantidad de Mensajes, dictados en la Gloria, y sin poder nadie tocarlos.
Si mi cuerpo viviera en la Tierra, como Aquí vive mi espíritu, grande escándalo formaba con la cantidad de Libros que hay.
Si yo Esto no defendiera, no sería Tomás de Aquino.
TOMÁS DE AQUINO
***
viernes, 5 de marzo de 2010
Esto es Dios dar y tú despreciar - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 164-165-166
En Sueño Profético hablaban Tomás de Aquino y Agustín de Mónica.
Decía Tomás:
“Enfada a Dios no querer esta teología y no estar ya publicada. Todo el bien que Dios te dé y tú desprecies es no amarlo. Si amas das cobijo, si no amas desprecias. Dijo Agustín: Yo vi un día a uno que el cojo se iba haciendo, para dar compasión al que por su lado pasaba, pues era grande pecador y hacía que muchos pecaran. Me acerqué yo y otro que iba, y quise ofrecerle el brazo. No lo aceptó y de Dios iba renegando; llegó el que hacía el tercero y cogiéndole del brazo estas palabras le dijo: Ya con esto ofendes a Dios, Dios te dio unas piernas sanas y tú quisieras fueran enfermas. Ten, y le dio dos bastones. Estos son de otro que sus piernas si tenían ganas de caminar sin ayuda. Tanto se lo pidió al Salvador de los hombres que desde este momento Dios ha mandado que sus piernas no necesiten ayuda y que sus bastones pasen a ti. Acudió la gente al grito que este grande pecador dio cuando notó que sus piernas no tenían fuerzas. Sí, Tomás, esto lo presencié yo”.
Desperté, oí:
Si Dios te pone el agua en tus manos y mueres de sed, tú pecas en contra de Dios.
Si tú tienes vista y no utilizas tus ojos viendo como el ciego, tú pecas en contra de Dios.
Si comida tuvieras y enfermaras por necesidad de ésta, también pecas.
Si del bien que Dios te da tú haces un mal, pecas también.
Esto es Dios dar y tú despreciar.
A Dios si lo amas no desprecias ni el sufrimiento cuando éste venga de Él.
Si amas a Dios ahí, besa la teología que Él te manda de Aquí.
TOMÁS DE AQUINO y AGUSTÍN DE MÓNICA
***
miércoles, 24 de febrero de 2010
Una Palabra de Dios, mil del hombre - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 157-158-159
En Sueño Profético decían:
Estos grandes Elegidos, qué grande servicio hacen a Dios con la sabiduría que escrita dejaron en la Tierra. Dijo Agustín: Siendo la misma sabiduría, por ser todo el mismo Dios, estos Escritos darán más escándalo; estos Escritos son con más enseñanza, con más profundidad; estos Escritos es manta grande que da abrigo a todo el que quiera y nunca faltará manta. Ya dijo Tomás de Aquino: Es grande enseñanza y fácil el aprender; es una teología sin poder igualarla con ningún libro que hable de temas que dejaron escritos antes otros Elegidos; hay grandes cosas escritas teológicas, pero una Palabra de Dios, mil del hombre; aquí, Agustín, no suena el nombre del Elegido, aquí sale la publicación virgen; esto ha sido mando de Dios de estos Libros; ya el literato cogerá riachuelos que nunca igualarán al mar; son palabras que pasan por todas las mentes comprendidas; es teología que Dios quiere implantar al hombre que se cree con teología gastada, con teología que ha perdido fuerza y coloridos; Aquí en estas vivas palabras se puede enseñar con facilidad de esta Gloria, se puede a Dios acercar el hombre; los teólogos que mis Escritos lean ven mucha más fuerza en estos que Aquí dictamos, si al leerlos los estudian con amor a Dios y queriendo que esto sea de Dios, a Dios le quitan la guerra, y al Comunicante algo le verán del contacto de Aquí.
Desperté, oí:
Si piensas sólo en Dios al hablar con el que Aquí viene, algo verás.
Si lees lo que le dictan pensando en Dios, algo verás que sea de Aquí.
Dos grandes teólogos hoy dan las notas, notas que Dios ha mandado.
Bien seguridad da Dios en que estos Libros compares.
Te da la seguridad con estos grandes Doctores.
El gran Santo Tomás de Aquino, como le llaman los hombres.
Y el grande San Agustín, pecador y luego santo.
Estos dos ven estos Libros con literatura grande.
Tan grande que si los lees, tan sólo de Dios acordarte, puedes perder la razón cuando leas sólo, oí, en Sueño Profético vi, y, me explicaron.
Si aquí no pierdes razón, no te des por perdonado.
Porque Aquí le da el valor los mismos que hemos dictado.
TOMÁS DE AQUINO y AGUSTÍN DE MÓNICA
***
Suscribirse a:
Entradas (Atom)