En Sueño Profético decían:
Hay quien no quiere conocer, por no cumplir lo que está bien hecho. Hay quien se retira del bueno, por temor a dejar de ser malo. Y hay quien no quiere ver pobreza, porque él va derrochando lo que allí sería un salario. Todos éstos son hombres que están retirados de Dios.
Dijo uno:
Un día iba un Discípulo de Jesús, y yo, al verlo, quise presentárselo a un amigo mío que yo lo tenía por hombre bueno. Se adelantó y me dejó solo hasta que llegó el Discípulo, y le dije:
–Quería que te conociera aquel amigo mío, y se ha marchado. No sé si es que tiene algo contigo que yo desconozco.
Miró el Discípulo para el sitio, y lo conoció de espaldas, y ya tranquiliza y aclara:
–No le digas a nadie que si quiere amistad con quien él la puede tener y la desprecia, porque tiene doble pecado. Estas Palabras las dijo el Maestro hace dos días a unos que forcejeaban a uno para que Lo conociera a Él. Se acercó el Maestro y les dijo: “Dejadlo, porque si viene conmigo sabiendo quien soy, no puede vivir pecando como vive. Un pariente suyo vive cerca de la casa que a Mí Me ven que allí vivo. Éste me busca y aprende lo que mi Padre va enseñando en Mí, y quiere que éste me conozca. Éste le ha despreciado sus palabras y huye de mi contacto, porque tiene que dejar el pecado”.
Desperté, oí:
¡Cómo enseñaba el Maestro,
que el que amaba, comprendía!
Él iba buscando a los hombres,
y su amistad les ofrecía.
Pero el que daba desprecio,
era porque no quería
cambiarse de malo a bueno.
¿Cómo buscar al Maestro,
para luego no cumplir
las Reglas que manda el Cielo?
Horror y miedo le daba,
al que estaba haciendo vida
de la que Dios no mandaba.
El que sabía que era Dios
y sus pecados lloraba,
Lo buscaba por los montes,
por donde sabía que estaba.
Éstos ya se fueron lejos
de su vivir de pecado,
y buscaban al Maestro
porque a Dios veían andando.
***
Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Pág. 209-210-211
Seguir a Jesús exige coherencia: EL QUE NO ESTÁ CONMIGO, ESTÁ CONTRA MÍ.
ResponderEliminarsi no queremos corregirnos, no queremos a Dios, queremos nuestra conveniencia, y después decir que seguimos a Dios.
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