En Sueño Profético hablaban de comprender el caminar y la actuación de Dios. Decían:
Es que, el comprender, te lo da cuando tú digas es Dios, y ya el comprender no falta.
Pero si dudas, no comprenderás Palabras que transmita el Elegido.
Dios hace las cosas con sencillez para el que en Él confía y coge cualquier camino que tú jamás pensarías.
Mandó a la Madre de Dios, conocida por la Virgen, a que pidiera posada por unas noches y unos días; a que le dieran un sitio con caridad y alegría.
En unas casas, no hay sitio; y en otras, no abren la puerta.
¿Tiene esto comprensión para el que en Dios no creyera?
Pues si lees lo de Dios –que escrito está, como esto queda–, si no piensas “esto es Dios”, la comprensión no te llega.
Desperté, oí:
¿Cómo puedes comprender
que Dios bajara a la Tierra
y le implorara a los hombres
que Le dejaran vivienda?
Y el que no quiso, no abrió.
Y se marchara la Virgen
sin Él emplear su Fuerza.
¡Cuando Él se hizo Hombre
de pura Naturaleza,
engendrado de Dios Padre,
único en Poder, Sabiduría,
y con Palabras de Fuerza!
Que con sus Palabras hizo la luz,
hizo los mares y dejó Tierra.
Para que el hombre, después,
sus pisadas no quisiera.
¿Se puede comprender esto,
si dudas que Dios lo fuera?
Todo es igual,
lo de Dios,
cuando tú todo lo creas.
***
Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en la Gloria - Tomo III - Pág. 25-26-27
Si Dios impusiera su Poder no actuaríamos por Amor, sino por temor.
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