En Sueño Profético hablaban de cómo trataba el hombre la Palabra de Dios. Decían:
El hombre trata lo que va de Dios como si Dios necesitara al hombre, como si el Poder de Dios el hombre pudiera ponerle delante otro poder igual, como si pudiera parar su muerte, como si mandara en las fuerzas que necesita la Tierra para que él viva y todo lo que a él le da vida.
Nombraban muchas cosas y ponían comparaciones, ¡que veías tan pobre y falto de saber el saber del hombre!
Se vio el campo, y un aire tan fuerte, que los árboles que ya conocían varias generaciones, los arrancaba con la misma facilidad que se arranca el tallo del trigo que aún no ha echado la espiga.
Quedó calmado el aire y apareció un hombre diciendo:
Si la Fuerza que no es del hombre hace esto con los árboles, ¡qué puede hacer con los hombres!
Ahora coge un arca grande o habitación, pero que no tenga la más mínima ranura de entrada de aire, y deja un hombre dentro. Esta falta de Presencia del Poder de Dios, también deja al hombre muerto.
Si el hombre viviera con este pensar, tenía a Dios respeto, pero con Amor.
Desperté, oí:
Va el Mensaje a que Dios tiene las llaves de todo lo que puede dar la vida o quitarla, sin contar con el hombre.
Ahora piensa: unos años sin caer gota de agua, o los mismos años, día y noche, con fuerza agua bajando.
Esto es Mando de Dios a la Tierra, para que el hombre se sirva de este Mando mientras pise la Tierra.
¿Qué puede el poder del hombre hacer en este Poder que Dios al hombre presenta?
Si el hombre hiciera pensar antes de ofender a Dios, su mirada iba al Cielo.
Y jamás se atrevería a romper, con sus Palabras, los Mandamientos.
***
Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 225-226
Todo lo que da vida o muerte al hombre lo atribuimos a la naturaleza, pero si investigamos sobre ella siempre llegaremos al Poder infinito de Dios.
ResponderEliminarAyúdame Señor a guardar mis palabras, mis impetus y mis debilidades para poder ser sola de Tí.
ResponderEliminar