En este Sueño Profético hablaban del Maestro. Había un grupo de hombres y sólo una mujer. Cada uno decía la impresión que le causó cuando estuvieron cerca de Él.
Dijo uno:
Yo estuve noches sin sueño,
anduve largas distancias
y con muchos me enfrenté
cuando oía los defectos
que Le querían poner,
gente que no conocían
ni sabían nada de Él.
Sabían que era el Mesías,
porque el sitio que Él pisaba,
en vez de aplastar la hierba,
la hierba más levantaba.
Y si entraba en un mesón
y a la mesonera hablaba,
antes de dar la respuesta,
de rodillas se inclinaba.
Había quien cuando se había ido
y por su puerta pasaba,
Le veía algo a este Dios,
algo que nadie llevaba.
Iban de hecho al mesón
y hacían preguntas raras.
Esta era muy corriente:
¿Qué tiene ese Hombre en la cara?
¡Dicen que es de Galilea
y que viene de Samaria!
Estaba esta mujer,
que ya casi se marchaba,
y quedó allí detenida
mientras los demás hablaban
Cuando todos se callaron,
empieza ella con calma:
¿Vosotros habéis notado
cuando ese Hombre habla,
que sus Palabras llegan
dentro del fondo del alma?
Yo Lo oí dos o tres veces,
y sus Palabras no cansan.
Desperté, oí:
Las Palabras de Dios Hombre,
estas Palabras no cansan.
No cansan porque es Amor
antes de decir Palabras.
No cansan por ser Palabras
de Vida y Eternidad.
Palabras que siempre oyes
y nunca pueden cansar.
Palabras que no te cansan
y que quisieras leer
en sitios que hubiera letras
y que se hablara nada más que de Él.
Porque leyendo Palabras
que vengan dichas de Él,
notarás que está a tu lado
y te olvidas de leer.
***
Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pág. 84-85-86
Jesús es Amor antes de decir palabras. Si siguiéramos su ejemplo,la relación con el prójimo sería como Él nos enseñó.
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