En Sueño Profético decían:
¿Por qué el hombre siempre niega que Dios viva en su Tierra? ¿Por qué habla de Dios sin creer en su Existencia? ¿Por qué prohíbe Palabras que Dios dice y otro cuenta? Son siempre estos porqués preguntados en esta Gloria. Son siempre estos porqués los que a Dios mandan sufrir. Que escrito está en la historia, siempre con el desmentir que Dios no baja a la Tierra, que en nadie puede vivir; siempre tratando de loco al que Dios lo trae Aquí; siempre quemando, pinchando y degollando la carne que a Dios servicio le da; nunca cogiendo ejemplo del que cumple las Palabras que Dios mandó escribirlas y su nombre es Evangelio; siempre castigando al hombre que ama a Dios del Cielo; siempre premiando el pecado; siempre intentando algo nuevo que destruya Caridad, que el hombre nace y se cría como cualquier animal. Hasta que el hombre no ame, no practicará Caridad.
Dijo uno:
No puede ser amar sin aceptar, cuando el aceptar lo traiga el Amor. Si el hijo no acepta a la madre, no puede amarla; y si la acepta, une el Amor. Decir “yo amo a Dios” y responder diciendo “¿quién ha visto a Dios?”, es mejor firmarte incrédulo en la Existencia de Dios.
Esta Gloria oye y ve lo que el hombre no pronuncia y quiere esconder.
Desperté, oí:
Estos porqués, hoy han sido
preguntados Aquí en Gloria.
Pero son pocos porqués,
comparados con los miles de millones
que Dios podría poner.
Dios, su Palabra la manda
o la dice en niño
que libro no supiera leer.
A Dios lo ofende más en Tierra
aquel que más listo es
en las cosas de la Tierra.
Lo ofende con el pensar,
aunque se crea que no ofenda.
Tan sólo trazarle a Dios
el camino que Él cogiera,
ya no creía a Dios,
Poderoso en Cielo y Tierra.
Sería pedir factura,
sería pedir la cuenta
de un derecho que tú tienes
y negarla no pudieran.
Pero, ¿quién sería capaz
de pedirle a Dios cuentas
cuando amara de verdad?
¡Hombres que viven de engaño,
por no pensar la verdad!
El que ama tendrá gozo
cuando lea los porqués
que en esta Gloria hoy dan.
***
Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 173-174
El pecado entró en el mundo a través del engaño y engañados seguiremos hasta que aceptemos la Verdad: no somos dioses sino criaturas del Todopoderoso.
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