En Sueño Profético hablaban del que mucho Ama a Dios, cómo no puede tener este Amor oculto. Hablaba el Amor en Gloria, en espíritus que tuvieron cuerpo y fueron conocidos como hombres de grande provecho. Que este grande Amor, hacía que lo desearan otros que vivían frialdad y oscuridad en el Amor Divino.
Decían que para llegar a esta altura tenías que querer tú llegar, cuando en la subida de la vida y en las bajadas, a Dios, fuera al primero que invocaras, diciendo: “Señor, que mi espíritu no se retire de Ti por sobra de bienes o por sufrimientos. Que todos los que sufren, sufren más porque Te culpan de sus sufrimientos. Y el que tiene sobra de bienes no Te busca ni Te Ama, Te nombra y engaña. Porque si amara, cómo tener bienes y no cundir tus Palabras, que Aquí mandan que queden ahora escritas, para que el hombre vea que son intocables”:
“Dad al hambriento comida con Caridad, y levantad al caído. Pensad que Me lo hacéis a Mí. El que así lo pida le será concedido que viva el Amor del Padre y del Hijo, y el Espíritu Santo acampará en su espíritu”.
Desperté, oí:
Si estás lleno de Dios,
tú quisiste llenarte,
y ya Dios te mandó.
Esto le extraña al hombre.
Y no le extraña que no cumpla
lo que Dios manda
que haga el hombre.
Es cierto que en el sufrimiento
y en la abundancia de bienes,
si se viviera a Dios Llamándolo,
en el sufrir podría el Amor,
y el sufrir iría mermando.
En la abundancia de bienes,
diciendo: “¿Señor, qué hago?”,
ya te daría la respuesta,
llenándote de su Amor .
Que éste sería el mejor pago.
Hay muchos que tienen bienes
pero están de Dios faltos.
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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdios, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C4
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