En Sueño Profético hablaban de la enfermedad, de la vejez y de la muerte. Decían:
La enfermedad puede no llegar al hombre. Pero la muerte sin enfermedad sí puede llevarse al hombre, y también sin avisar. Que a veces no le da tiempo de decir “con Dios me voy”, o decirle a un familiar o al que en ese momento con él esté: “pide a Dios que me perdone”.
Si esto pensara el hombre, quedarían quietas las guerras, los fusiles y los cañones. Pero sería este pensar como primera asignatura, dándola el profesor al niño de corta edad, para que en su crecimiento llevara de compañeros Prójimo y Caridad, pensando: “A mí, aunque esté bueno, la muerte me puede llegar, ¿y qué digo Allí en el Cielo?
Desperté, oí:
Se ha hablado de la enfermedad,
de la muerte,
pero no de la vejez.
La vejez es camino andando
que no se puede volver.
Desde niño hasta viejo
pasa el tiempo rápido.
Y en este poco tiempo,
puedes hacer mucho bueno
o mucho malo.
Lo bueno gana la Gloria.
Lo malo lleva al Infierno.
Pídele a Dios con ganas
que antes de hacer lo malo,
te entre arrepentimiento.
***
Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo III - C5
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