En Sueño Profético decían:
Llora el hombre la enfermedad y la muerte, y no llora perder la Gloria.
Llora el hombre por lo que ya sabe que tiene que llegar por fuerza y lo que tanto quieres en nada queda.
A esto le llora el hombre, y al espíritu maltrata.
El hombre llora al sufrir, y de la Gloria se aparta. Y ya hace mas pecado que los que sufrir le mandan.
No hay pecado mayor, que retirarse de Dios porque las cuentas no salgan.
Dijo uno:
Por mucho sufrir que tenga el que grande sufrir viva, mucho más sufrir tendrá si de Dios se retira. Entonces todo lo verá con desesperación e ira, y arreglo no le verá.
El que más se acerca a Dios cuando el sufrir es más grande, siempre ve la solución. Y le salen las palabras con reverencia y Amor: “Gracias, Señor, que hay sufrimientos mayores que éste que tengo yo”.
Desperté, oí:
Hay quien a mayor sufrimiento,
más cerca se siente de Dios.
Éste, siempre verá grande
el sufrir que otro llevó,
cuando con el suyo lo compare.
Siempre tendrá esta alabanza:
“Señor, hay sufrimientos más grandes.
Ponme siempre en mi camino
gente que de Ti me hablen”.
“Señor, dame fuerzas y comprensión,
para que nadie me aparte
de mi camino de Dios”.
Que este camino te lleva
a la Presencia de Dios,
pero ya, Presencia Eterna.
Si comparas sufrimiento,
precio que vale la Gloria,
entonces es cuando sufres.
Porque la Gloria y el Cielo,
si se vendieran por precio,
nadie tendría dinero.
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Libro 21 - Te Habla el Profeta - Tomo III - C2
Comparar la Eternidad con la vida de la tierra es imposible porque la vida con Dios no tiene comparación con nada que se dijera.
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