En Sueño Profético hablaban del Amor a Dios, de cómo tú lo pedías, de cómo tú a Dios se lo mandabas, y de cómo tú lo sentías.
Dijo Teresa de Ávila:
Este Amor no tiene nombre,
porque el nombre que le dieras,
siempre achicaría el sentir
de este Amor cuando te llega.
Es ladrón que roba el sueño,
y luego te deja Premio.
Es algo que tú te quemas,
y que más pides el Fuego.
Es Camino en el que te esperan
sufrimientos y alegrías.
Es una vida
en la que el hombre te persigue,
para que tú ya no sigas.
Es querer llevar al hombre
a que crea en otra Vida.
Y que a la vida del cuerpo
tiene que acostumbrarla
a que es rosa con espinas.
Yo comparaba este Amor
con algo que quema dentro,
y que el querer apagarlo,
era querer romper el silencio.
Y ya, tu Mando,
no puede guardar secretos.
¡Este Amor, el que lo sienta,
es torre con campanario,
y las campanas no quietas!
Yo tuve muchos enemigos,
porque silencio no daba
a esta Fuerza, que eran ríos,
la sangre que mis venas llevaban.
Había noches
que no podía dormirme
hasta que Dios me hablaba.
Desperté, oí:
Era algo para oír,
cuando el día me despertaba
y yo quería contar
lo que Dios a la noche le mandaba.
Cuando me iba a acostar,
de rodillas,
con los codos en la cama,
Le contaba a mi Dios
lo que aquel día le dejaba.
Ya me sentía el éxtasis,
que era la vida de mañana.
Mi día empezaba alegre,
y el hombre lo cambiaba
con palabras que eran insultos
que a mi Dios Le llegaban.
Yo quisiera describir
cómo este Amor lo sientes,
pero es que es un sentir
que te matan y lo quieres.
Es un Fuego que te quema,
y más pides,
cuando le dices al Dueño:
“que sin Ti no tengo Vida,
y contigo tengo Vida,
aunque yo le llame Fuego”.
¡Fuego y Llamas Divinas,
que el que las vive contagia
estas Llamas que son Vida!
TERESA DE ÁVILA
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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C4
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