En Sueño Profético hablaban del saber, de la sabiduría, del adelanto, del progreso, de la falta de caridad y de la ignorancia que el hombre tenía de lo eterno.
Que la falta de caridad es por no creer que haya otro sitio después de estar muerto.
Esta asignatura siempre es rechazada por grandes talentos. Talentos, que el hombre así los apoda ese breve tiempo que ahí tienen cuerpo.
Si el hombre pensara en lo que es talento y sabiduría, ya viviría inquieto si de alguien oyera: “Este hombre es un gran talento”.
Dijo uno:
A esto que Aquí le llaman talento de Tierra, talento de suelo, es contacto que ensucia el contacto de la Tierra al Cielo, talento que quita que miren al Cielo, talento de espuma que no es duradero.
Desperté, oí:
Talento, adelanto y progreso,
si a Dios no llevan delante,
no hacen al hombre bueno.
Y al rudo, pobre y torpe,
lo tratarán con desprecio.
Ya, practicando este trato,
no hacen a hombres buenos.
Elige hombres del campo,
que antes de pisar tierra,
de Dios se están acordando.
Ellos nunca hacen nada,
es Dios el que da el buen año.
Y cuando llegan talentos,
de estos que se han nombrado,
primero hablan de Dios,
de la siembra y del año.
Si tienen árboles frutales,
con qué alegría bajan la rama
y la fruta cae
con el tirón que le dan.
Si después de todo esto,
aprendieran adelanto y cultura,
¿qué duda podría haber
de que la Gloria ahí vivan
muchos que luego la pierden
porque de éstos se guían?
Si el talento,
la cultura y el progreso,
ves que de Dios te retiran,
cámbiate a hombre del campo.
Que lo rudo, si es de Dios,
ya te llegará Talento
Sabiduría y Caridad,
que esto es Premio de Dios.
***
Libro 27 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo II - C1
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