En Sueño Profético hablaban del pecado y del pecador. Decían:
¡Pecado maldito,
pecado que aparta de Dios!
¡Pecado que avanza
cuando no es conocido,
porque falta Amor a Dios!
¡Pecado maldito,
que el hombre alimenta
por no practicar
el Mando de Dios!
¡Pecado que envuelve,
que lía y amarra,
y tan solo Dios
Libertad te manda!
¡Pecado maldito!
Dijo Agustín de Mónica:
Dices pecado maldito
cuando tú ya ves pecado.
Cuando tus manos quisieran
arrancar de tu cabeza
pecado hecho o pensado.
Cuando la noche te lleva
a lo que se le llama escándalo,
o a lo que nadie ha sabido,
porque quería engañarte
y después formar escándalo.
Pecado y pecador
los hay de varios grados:
Pecado porque pecaste
sin tú ir a buscarlo.
El pecado te buscó
y no supiste echarlo.
Luego está el pecador
que su vivir es
arrastrar al pecado.
Éstos te obligan,
y ya vives el silencio
del sufrir que te han dejado.
Piensas en Dios y no quieres,
porque tus ojos descubren
haber vivido pecado.
Piensas pedir el Perdón,
y te viene aquello malo,
que aquel mal tú no veías
por haberte retirado
de aquello que llamas Dios
que purifica y perdona
antes que el perdón
pongas en tus labios,
antes de que vuelva a ti
acción otra vez
del mal que has dejado.
Desperté, oí:
Da el pecado sufrimiento
cuando te quitas de él,
más que cuando estás pecando.
Si el que no pecó pensara
en el que pecó y no peca,
aquí pondría más lástima.
Siempre que vivas pecado,
mira al Cielo y notarás
que de Dios estás alejado.
Igual que sientes Perdón
cuando dejaste pecado
por vivir cerca de Dios.
AGUSTÍN DE MÓNICA
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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C2
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