En Sueño Profético hablaban de los espíritus. Decían:
El espíritu no tiene cuerpo, entendido está, cuando baja del Cielo o cuando sale de la profundidad del Infierno.
El espíritu es conocido por la actuación que ves en su cuerpo o que ves que ha dejado en otro cuerpo.
El espíritu que es de Dios es pronto conocido. El que va de Luzbel coge muchos disfraces en personas, en sitios, y como no, en animales.
El espíritu entra y sale en la persona delante de muchos ojos, pero no lo ve nadie, es el cuerpo el que responde, el espíritu no tiene imagen.
El espíritu, cuando entra en el cuerpo, ya tu espíritu le ha dado la llave, por mucho tiempo o por poco, según la vida que tú haces.
Dijo un espíritu que Dios le da Mando:
El espíritu puede presentar a una persona que, según la ley del hombre, tenga el nombre de buena, pero es vivienda de espíritus diabólicos en espera de hacer daño. Al que su espíritu está preparado para recibir espíritus de la Gloria intentan también llegarle, pero se van con derrota y queda bien en vez de quedar mal.
Desperté, oí:
¡Cuantas maneras hay de abrirle la puerta a los espíritus del mal!
¡Cuantos defensores le salen para no querer aprender lo que es para el bien o lo que es para el mal!
La reacción de tu espíritu nadie mejor que tú puede saberla en tu cuerpo.
El sentir a Dios te hace conocerlos.
Entrégate en cumplir todo lo que manda el Cielo, y esta obediencia a Dios los retira a los infiernos.
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Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C2
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