En Sueño Profético decían:
Extraña ver sufrimiento donde a Dios aman y a Dios ponen lo primero. Extraña donde desconocen este Amor Divino, que siempre tuvo presente lo que el hombre Le hizo a Dios y las lágrimas que derramó la Madre Virgen. Si esto tienes presente, te da vergüenza si tú no sufres y a Dios no sigues para quitar sufrir donde el sufrir esté.
Dijo uno:
Un sufrimiento sin apartarte de Dios, siempre da un buen ejemplo. Y tiene gran puntuación cuando ya el espíritu deja al cuerpo.
Al sufrimiento tienes tú que dominarlo, y ya le quitas el crecimiento.
Mi madre me enseñó a mí cómo llevar el sufrimiento el tiempo que ahí viví.
Decía que había quien su sufrimiento era chaparro y lo convertía en palmera. En cambio, el que su confianza ponía en Dios, si su sufrimiento era de la altura de la palmera, lo dejaba más bajo que el chaparro, y hasta podías pisarlo sin darte cuenta.
Desperté, oí:
¡Qué alegría es pensar, en el sufrimiento, “yo voy el sufrimiento a pisar”!
Esta mujer, que su espíritu está en la Gloria, siempre decía que el sufrimiento dominado quedaba en enano.
Y al sufrimiento alimentado, por fuerza le dabas crecimiento.
Sufrió, y quitaba sufrimientos porque el sufrir despreciaba, y a la confianza en Dios la alimentaba.
No es pecado vivir el sufrimiento, pero mandas a Dios más glorias si no le das alimento.
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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C4
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