En Sueño Profético decían:
Si siguieran el consejo del que Dios trae Aquí y sus Palabras le da, dándole libertad para que haga uso de ellas, lo mal hecho, paralítico quedaría y abundaría lo bien hecho. Esto no lo dice ella, que está dicho en el Cielo.
Dijo uno:
¿Qué quiere el hombre ver más que lo que en este Caso está ocurriendo? Si aquí no actuara Dios, habría ganado el silencio. Esto es tren en camino y vías con impedimentos. Si tú ves pasar el tren, Dios el tren lo va moviendo.
Hay cosas que se ven tan duras como el hierro, y la Palabra de Dios hace harina en recipiente. El que esto no vea claro, que se enmiende por dentro y derrumbe el edificio que de Dios se había hecho, porque si Aquí viene con este edificio, ya no tiene remedio. Dios Aquí no va a decir más que ahí está diciendo.
Todo el consejo que oigas es para contentar al Cielo. Toda la lucha que trae es para que el hombre sea bueno, bueno para Dios, porque el bueno que es para el hombre, le está haciendo daño a Dios.
Desperté, oí:
Tu oración, consejo y presencia,
el que cree Aquí,
ve que no es de la Tierra.
Es vida de pastor en montaña.
Siempre detrás del rebaño,
llevándolo al mejor pasto.
No queriendo que ninguna cordera
el balar lo haga con pena.
Si el hombre amara a Dios,
sería más humilde que las corderas.
Porque tiene espíritu y lengua.
El espíritu se comunica Aquí,
y la lengua puede rectificar ahí.
Hazte pastor para el Cielo
o metete en el rebaño,
olvidando lo mal hecho.
Que el pastor está esperando
con la mirada en el Cielo.
***
Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C3
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