domingo, 24 de septiembre de 2017

Para obedecer tienes que amar

En Sueño Profético decían:

Tiene grandes ventajas el que conoce el Lugar donde Dios se comunica. Pero igual que tiene las ventajas, tiene la responsabilidad si no cumple la obediencia a este Lugar, porque no es el Mando del Lugar.

Para obedecer tienes que amar. Porque puedes obedecer creyendo, sin amar. Pero piensa cómo será la obediencia, quitando, poniendo. Al final, algo malo dirá tu lengua.

¡Ves como ya está aquí la responsabilidad!

Al que no tiene trato ni conoce este Lugar, Dios no le pedirá las cuentas como al que lo conocía y podía divulgar por la altura, por el mar y por la tierra.

Dijo uno:

Si comparas con el que a Dios ama, al que no ama, aunque crea, verás diferencia grande. En la obediencia sin Amor, es el cuerpo el que obedece. En la obediencia amando, es el espíritu, y ya obliga al cuerpo. Aunque el cuerpo dé señal de protesta, más le obliga el espíritu a responder obediencia.

Es que la obediencia a Dios son los pies del hombre para subir y bajar la cuesta. Que con los pies y Su ayuda, poco trabajo te cuesta.

Desperté, oí:

No se han dicho las ventajas,
porque tendrías que escribir,
día y noche, una semana.

Si el hombre pensara esto,
¿cómo se iba a negar
al Mando que le mandara?

Lo que tenía es que decir:

¡Gracias, Señor!
¿Quién soy yo para vivir tan cerca
del Instrumento de Dios?

Que todo el que lo conoce
se libra de condenación.

Se libra,
si él quiere coger la obediencia
que en el Lugar deja Dios.

Dios deja sus Palabras
en el Lugar que Él arroba,
porque sabe que son dichas
para salvar a los hombres.

Desprecia la responsabilidad
y coge las grandes ventajas
que te devuelven el amar.


***

Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C1

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