En Sueño Profético hablaban hombres que siguieron a Dios Hombre y que tuvieron amistad con los Discípulos. Aquí dicen palabras que oyeron para enseñar a cómo poder Seguirlo.
Dijo uno:
Yo Le oí una mañana decirles:
“Tendréis que quedar ciegos y mudos en los momentos que Yo no os dé Mando. Ciegos, para no ver lo que habéis visto. Y mudos, para no contestar a la pregunta que hayan preguntado. Que el que os pregunte lo que Yo hago y no Me pregunte a Mi, no está dispuesto a recibir Mando”.
“El Mando que mi Padre da en Mí, Yo a vosotros os voy dando. Y ya, lleváis mi Nombre”.
“Aprended a conocer al lobo, aunque el lobo quiera pasar por cordero”.
“Id siempre preparados para cerrar las puertas a los espíritus que os quieran retirar de mi Enseñanza para que vuestras obras vayan enseñando”.
Desperté, oí:
Una Palabra dicha a sus Discípulos podía ser una Enseñanza para todo el que creyera que era Dios, aunque vieran a un Hombre.
Él no reservaba Palabras.
Es que no las pedían para llevarlas con la misma medida que Él las daba.
Unas veces tenías que no saber nada, y otras veces tenías que decir palabras para que al Maestro buscaran.
“Maestro, no me dejes que yo diga que esto es mío”. Casi siempre ésta era la despedida.
Querían ser ciegos, sordos o mudos antes de romper el Mando que su Maestro les había dicho.
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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C6
Más clara no puede quedar la Enseñanza
ResponderEliminarEl que da la espalda a las Palabras de Dios es que no quiere nada de Dios
Y si busca saber por otros derroteros
es que va con malas intenciones