En Sueño Profético decían:
Si amas a Dios, tienes que decirlo en el Prójimo.
Si amas a Dios, tienes que levantar al caído y ponerte en su lugar:
Si tú fueras el caído y te dejaran en el suelo, y juzgaran al pasar…
Si tú amas a Dios, eres distinto del que no vive este amar.
Dijo uno:
El amar a Dios te cambia lo que ves, y te hace pensar:
“Si yo lo veo así, puede que sea mi mirar. Yo voy a responder haciendo el bien, y Dios me lo pagará. Cuando me llegue el pedir, Dios me responderá. Y cuando dé una caída, si yo no la quise dar, Él me pondrá en mi camino a alguien que me levantará”.
No hay Paz más grande que hacer el bien sin juzgar.
Desperté, oí:
Antes de juzgar,
tráete a tu memoria
pasos que diste
o pasos que dando estás.
Si a Dios amas,
tú tienes que ayudar
en aquello que Dios manda,
que Él bajó a la Tierra a enseñar.
El Amor a Dios
no lo oculta el que lo tiene,
porque Dios no se lo deja ocultar.
Él no obliga,
pero cuando tú te ofreces
en aceptar lo que venga
y en repartir caridad,
cuenta ya con este Mando,
aunque no oigas mandar.
No oyes, pero lo sientes,
y el sentir te lleva a actuar.
Si a Dios amas de verdad,
te acompaña el personaje
que su nombre es Caridad.
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Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C5
Dios es Amor,el Amor es Caridad.
ResponderEliminarSiempre que actúa el Amor,el Amor de Verdad es Dios El que está detrás.